Un antes y un después se marcó en la oposición el viernes 30 de diciembre cuando tres de los grandes partidos políticos de oposición (Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia y Acción Democrática) decidieron poner fin al denominado interinato que presidía Juan Guaidó desde hace cuatro años, y que fue reconocido en sus inicios por más de 50 países.
Sin duda, este año culmina viendo a una oposición aún más fragmentada, y con mucho trabajo por hacer en 2023 para encontrar un poco de «claridad» en ese túnel oscuro al que entró por el simple hecho de no tomar las decisiones correctas en el tiempo adecuado.
El analista político Aníbal Sánchez considera «fundamental» que el próximo año los opositores se organicen a través de una plan en el que deben estar todos los sectores que adversan al Gobierno de Nicolás Maduro «sin discriminación» es decir que, «solo en unidad se verán fortalecidos».
Jesús Castillo Molleda coincide en lo planteado por Sánchez: «Sin unidad no existe la posibilidad de ganarle elecciones al PSUV «, recalca en analista en entrevista con Foco Informativo.
El experto en política añade que la oposición debe trabajar en concretar mecanismos para lograr un candidato presidencial que enfrente a Maduro. Además, conseguir que con las negociaciones en México se dé la liberación de los presos políticos, las habilitaciones políticas y las mejoras de las normas electorales.
«Es prioridad el tema de la estabilidad de la moneda y preservar los activos de Citgo», recalcó Castillo Molleda.
Trabajo de los liderazgos
Sánchez asegura que un alto porcentaje de la sociedad siente que el liderazgo político de la oposición falló y esto surgió por «la creación de unas falsas expectativas, una oferta de cambios políticos que no se concretaron y que solo sembraron frustración y desesperanza».
«Los lideres políticos deben conectar con el momento social antes de llegar al momento electoral», recalca el experto.
Mientras tanto, Castillo Molleda considera que los liderazgos tienen que volver a la calle, visitar a los sectores de todas las clases sociales y presentar propuestas de soluciones a los múltiples problemas que existen en Venezuela.
Aunque el trabajo por hacer es arduo, según Sánchez se tiene que concentrar no solo en motivar, sino en articular con los sectores políticos y fuerzas vivas.
«Solo así estaríamos creando un músculo político y dejando una estructura o saldo organizativo», finaliza.
Por: María Gabriela Villalobos