La Unesco exigió este jueves a Rusia que «cese de manera inmediata» los ataques en Ucrania contra escuelas, universidades, lugares de memoria del Holocausto e infraestructuras de comunicación.
En un comunicado, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) anunció una reunión extraordinaria de su Consejo Ejecutivo el 15 de marzo para evaluar las consecuencias de la invasión rusa.
Pero en primer lugar, deploró «las víctimas civiles» del conflicto, entre las que hizo notar que hay «estudiantes, profesores, artistas, científicos y periodistas», pero también mujeres y niños, obligados a un éxodo «desproporcionado».
La directora general, la francesa Audrey Azoulay, denunció «una escalada de violencia totalmente inaceptable, que provoca la muerte de civiles, entre ellos niños».
La institución no anunció ninguna sanción en particular a Rusia, que es miembro, y avanzó que en la sesión de su Consejo Ejecutivo será para «examinar las repercusiones y las consecuencias de la situación actual en Ucrania bajo todos los aspectos del mandato de la Unesco».
Condenó «vehementemente» los bombardeos a centros educativos y contabilizó siete, entre ellas la Universidad Nacional Karazin de Járkov. También contó ataques contra siete ciudades que son patrimonio de la Unesco, como la propia Járkov (este de Ucrania), Lviv (oeste) o la capital Kiev, además de Odessa (sur).
El organismo internacional lamentó los estragos por los bombardeos en Járkov, considerada una ciudad creativa de la música por la Unesco, así como en el centro de la ciudad de Cherníhiv, candidata a ser declarada Patrimonio de la Humanidad.
La Unesco se refirió igualmente a los daños causados por las fuerzas rusas en el museo de Ivankіv, cerca de Kiev, que contienen obras de la célebre artista ucraniana Maria Primachenko (1908-1997), representante del arte naïf.
También condenó el ataque al Memorial del Holocausto Babi Yar en Kiev, donde se produjo «una de las mayores masacres de judíos en la Segunda Guerra Mundial». La Unesco repudió además el bombardeo a las torres de televisión de Kiev y mostró «inquietud» por los ataques a los periodistas.
La invasión rusa ha provocado el cierre de centros educativos que afectan a 6 millones de alumnos de entre 3 y 17 años y a 1,5 millones de universitarios.
«Las repercusiones -advirtió- podrán ser considerables, también en los países vecinos».
Por: Agencia