miércoles, diciembre 18

La serie Griselda revive el violento Miami de los narcos de los ochenta

 

La serie Griselda, protagonizada por la colombiana Sofía Vergara, ha revivido entre los miamenses el terror de los años ochenta en esa ciudad de Florida, una época de violencia, libertinaje y extravagancia propiciada por el narcotráfico.

Curiosamente la serie de Netflix sobre la narcotraficante colombiana Griselda Blanco no pudo ser grabada en Miami porque la ciudad «se ha transformado por completo», dijo a EFE su director, Knut Loewe, que filmó en localidades de la periferia de Los Ángeles, como Pomona y San Bernardino, pero aún así logró recrear los escenarios y el espanto de esa época.

Para recrear el mundo de Griselda, Loewe se sumergió en libros como Shtetl in the Sun, una colección de fotografías tomadas por Andy Sweet a la comunidad de retirados judíos en el sur de Florida entre 1977 y 1980, y en películas como Scarface (1983) y el documental Cocaine Cowboys (2006).

La serie ha hecho revivir viejos temores a los miamenses que vivieron la época del narcotráfico.

La era de la violencia y excesos

«Yo vivía cerca del Dadeland Mall cuando la masacre. Ese día empezó la peor época de Miami», recordó la cubana estadounidense Yara Mateo en referencia al tiroteo de julio de 1979 en una licorería de ese centro comercial, aun en funcionamiento.

El episodio dejó dos muertos y varios heridos y dio inicio a la era de los «cocaine cowboys» o «jinetes de la cocaína», con episodios de violencia que aterrorizaron a la ciudad.

Mateo revivió con esa escena en la serie los titulares de noticias. «Son cosas en las que uno prefiere no pensar», dijo la cubano- estadounidense de 81 años. Sin embargo, se encontró descubriendo muchos elementos nuevos de la historia y de la ciudad.

Uno de esos elementos fue el club nocturno del Mutiny Hotel del hoy exclusivo barrio de Coconut Grove, descrito por el escritor Roben Farzad, autor de Hotel Scarface’ como «una de las capitales mundiales del hedonismo», donde el dinero dejó de tener valor.

«La forma en que veías allí a famosos, capos de la droga y gente afín a la CIA y traficantes de armas tirar el dinero en términos pornográficos no tenía parangón. Se tiraban decenas de miles de dólares por un jacuzzi lleno de (champaña) Dom Pérignon», escribe Farzad. Allí se hacían sociedades y se deshacían con sentencias de muerte.

«Estoy espantada con todo lo que pasó aquí», dijo a EFE una camarera del hotel, que pidió no ser identificada.

«Uno oye del Miami de los narcos, pero a menos que te apasione el tema no tienes ni idea de que estás viviendo en lugares históricos. La historia de Miami está perdida para su gente», dijo Marcos Hernández, un colombiano de 57 años que vive a una cuadra del Mutiny.

El hotel se vendió en 1983 y tras un intento fallido de mejorar su imagen, la propiedad cerró por una década. Hoy, el Mutiny tiene cuatro estrellas, con habitaciones desde los 357 dólares la noche. El club nocturno que lo hizo famoso ha desaparecido y pocos residentes actuales conocen su nombre.

Los residentes de Miami consultados reconocieron en Griselda las mansiones de vecindarios acaudalados como Coral Gables, a medida de que La Madrina del narcotráfico iba ganando poder y dinero. También áreas de la Pequeña Habana y hasta la referencia a los cubanos que hicieron crecer a la ciudad en el siglo XX.

Sin embargo, lo que les transportó al pasado de su ciudad no fueron las locaciones, las palmeras o los puentes entre las islas que conforman Miami. Fue una referencia de segundos a una muy conocida tienda por departamentos desaparecida.

Elena Rojas, una migrante hondureña de 65 años, lo explica: «Fueron esas dos bolsas de Burdines que están al lado de Sofía Vergara al inicio de un episodio, donde está cantando Gloria. Me trajo tantos buenos recuerdos del Miami de mi adolescencia, que no hubo cómo no sonreír».

Por: Agencias / Foto: Cortesía