Inicio esta reflexión con esta imagen del sauce, bello árbol que cede, dobla y nunca se rompe, por fuertes que sean los vientos, porque de eso se trata la resiliencia; es adaptarse, aceptar, sobreponerse y recuperarse a la adversidad.
Ser resiliente es tener la capacidad de sobreponerse a una situación difícil implica que, a pesar del dolor, una persona logra seguir con su vida sin perder el control, ni sentirse desbordado o agobiado, incluso puede empezar de nuevo.
Porque la resiliencia es precisamente ese factor que nos permite orientarnos al futuro, a la esperanza y a la fuerza, pero sobre todo nos impulsa a actuar, a levantarnos, sacudirnos y persistir. A mí me gusta pensar en la resiliencia como la entereza más allá de la resistencia.
Cada ser humano tiende a reaccionar de forma distinta ante el dolor, la frustración, la pérdida o el fracaso, algunos reaccionan con emociones fuertes, otros pierden el control y algunos se derrumban, luego de ello, la mayoría termina adaptándose, aceptando las circunstancias y continuando con sus vidas.
Ahora bien, no se trata de un rasgo que está presente o no en las personas; es una conducta que puede ser aprendida. Hay distintas formas de cultivar e inspirar resiliencia, una de estas maneras es poner en práctica estos 7 hábitos que te ayudarán a desarrollarte como un ser resiliente:
1. Enfócate en lo que sí puedes cambiar. El cambio es lo único constante en nuestras vidas, acepta que no puedes solucionar, ni controlar todo, porque no todo está a tu alcance. Cuando aceptas que hay cosas que no puedes controlar, podrás centrarte en aquello que sí puedes mejorar.
2. Mira las crisis como retos. Cuando te empeñas en ver la crisis como situaciones insalvables, pues así lo serán, pero cuando la ves como retos que puedes superar, créeme, lo harás. Los eventos difíciles que están por ocurrir en tu vida no puedes evitarlos, lo que sí puedes cambiar es cómo los manejas. Trata siempre de ver más allá de la circunstancia actual, y siempre pensar que, en el futuro, las cosas mejorarán.
3. Sé positivo. Ser positivo parte de ver las propias debilidades, más que como defectos. Los ves como áreas de oportunidad o para mejorar. Parte de quererte y aceptarte tal cual eres siempre con miras a mejorar.
4. Mantén viva la esperanza. Cuando asumes una actitud optimista ante la vida siempre vas a esperar que ocurran cosas positivas. El secreto está en visualizar lo que quieres para ti, y no preocuparte en exceso por lo malo que pueda sucederte, o por lo que hubieses logrado o no lograste.
5. No te reprimas. Desahógate, construye un sistema de apoyo a tu alrededor, amigos, psicólogos, terapeutas, cualquier persona que en positivo preste sus oídos y te oriente para que puedas expresar esas emociones fuertes.
6. No le temas a tomar esa decisión. Cuando una circunstancia te agobia, y sabes que, solo tomando una decisión, por fuerte que esta sea, podrás volver a equilibrarte, pues hazlo, no temas tomar una decisión, pues sabes que dándole largas al problema, este no se irá, por el contrario, puede crecer y agravarse.
7. Delimita el problema. Visualiza el problema o la circunstancia difícil como quien se aleja para observar bien el panorama. Dale perspectiva al problema, no por el hecho de que te haya ocurrido algo malo, quiere decir que toda tu vida está a la deriva. Intenta delimitar el problema para poder contrarrestarlo.
Todo radica en cómo decidas afrontar el dolor y la dificultad.
Una vez que te haces consciente que todo está en ti y depende de ti, está en tus manos desarrollar este hábito, y ponerlo en práctica. Como ves, ser resiliente es una habilidad que puedes aprender para poder ver y enfrentar la vida desde otra perspectiva.
Ten presente que si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor o frustración, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes esa circunstancia.
Y si luego de esta lectura, y de poner en práctica estas claves que te he regalado, aún sientes que necesitas apoyo para superar y avanzar, pues sabes que cuentas con tu apoyo principal, un psicólogo, este no solo será tu soporte, también será tu guía para que descubras en ti a un ser resiliente, capaz de seguir adelante y de ser feliz.
Por: Jenny La Rotta Morán