jueves, diciembre 19

La ONU urge a dejar de hacer «teatro» en las negociaciones climáticas de la COP29

La ONU pidió el lunes a los delegados de la COP29 de Bakú dejar de hacer «teatro» y encontrar un acuerdo para las finanzas en la lucha climática, aunque las miradas se centran en el impulso que pueden dar los dirigentes del G20 reunidos en Rio.

«Dejemos de hacer teatro y vayamos al grano», declaró el jefe del organismo de la ONU para el clima, Simon Stiell, en la reanudación de las negociaciones en la capital de Azerbaiyán.

Los ministros de Medioambiente llegaron el lunes a Bakú para intentar acelerar las conversaciones y evitar un fiasco al término de la conferencia, previsto el viernes, tras una primera semana con un resultado casi nulo, según la opinión general.

«Esta reunión llega a un momento crítico: estamos a mitad de la COP29 y empiezan las verdaderas dificultades», advirtió el presidente de la COP29, el azerbaiyano Mujtar Babayev.

Paralelamente, se celebra en Rio el lunes y el martes la cumbre del G20, de las 20 mayores potencias del mundo, que incluye a China y Brasil. A su llegada el domingo, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, instó a sus dirigentes a dar ejemplo y alcanzar «compromisos» para salvar la COP29.

COP financiera

El objetivo de esta COP29 es dilucidar cómo financiar un billón de dólares anuales de ayuda climática para los países en desarrollo. Este dinero debe permitir construir centrales solares, invertir en irrigación o proteger ciudades contra las inundaciones.

«Es fácil quedar un poco anestesiado con todas estas cifras, sobre todo en esta COP financiera», reconoció Stiell. «Pero no lo olvidemos nunca: estas cifras son la diferencia entre la seguridad y las catástrofes que destrozan las vidas de miles de millones de personas».

La cifra de un billón de dólares anuales de ayuda para los países en desarrollo de aquí a 2030 es una estimación de necesidades que realizaron los reputados economistas Nicholas Stern y Amar Bhattacharya a petición de la ONU.

Pero el problema radica en que no todo debe venir de los países ricos.

La Unión Europea es el primer contribuidor mundial y, aunque en periodos de austeridad se muestra reacia a aumentar sus presupuestos internacionales, ha asegurado que seguirá allanando el camino.

«Continuaremos liderando, cumpliendo con lo que nos corresponde, e incluso más», declaró el delegado del bloque, Wopke Hoekstra. Pero «la riqueza crea una responsabilidad» y «otros tienen la responsabilidad de contribuir, según sus emisiones y su crecimiento económico».

Según los textos de la ONU, solo los países desarrollados están obligados a contribuir. Y la UE quiere una señal de países emergentes como China de que también contribuirán voluntariamente.

Pekín no es visto como hostil, al contrario. Una reunión entre responsables chinos y europeos en Bakú fue un rayo de esperanza en una semana sombría.

La reelección del republicano Donald Trump a la Casa Blanca y la retirada de la delegación argentina de la conferencia hacen temer que Estados Unidos y Argentina abandonen el Acuerdo de París, motor diplomático para la reducción de gases de efecto invernadero.

Ambiente enrarecido

La inexperiencia de Azerbaiyán para presidir las negociaciones, que se plasmó en un error en el orden del día en la apertura, así como los ataques en plena cumbre del presidente Ilham Aliyev contra Francia, un país miembro, contribuyeron a enrarecer el ambiente.

Sobre todo en un país que reprime todo signo de disidencia, incluido entre los activistas ecologistas, varios de los cuales se encuentran entre rejas.

La financiación no es el único punto de discordia. El llamamiento al abandono gradual de las energías fósiles logrado el año pasado en la COP28, vuelve sobre la mesa.

Países liderados por el grupo árabe y el que incluye a India y China rechazan debatir nuevos compromisos sobre la reducción de emisiones mientras no avancen las negociaciones financieras.

Por: Agencias / Foto: Cortesía