La Organización Internacional de Trabajo (OIT) planteó este miércoles la necesidad de incluir el enfoque de género para mejorar las políticas públicas, al presentar una estrategia frente a la migración laboral para América Latina y el Caribe para proteger los derechos de trabajadores migrantes y, en especial, de las mujeres.
«El 40 % de personas trabajadoras migrantes y refugiadas de la región son mujeres, un número en aumento que evidencia la feminización de las migraciones, cada vez más mujeres migran solas y no como parte de una unidad familiar», indicó la directora regional de la OIT para América Latina y Caribe, Ana Virginia Moreira, al añadir que dicha realidad demanda una respuesta específica para estas, reseñó EFE.
Precisamente, el especialista regional en migraciones de la OIT, Franceso Carella, señaló que la estrategia tiene un enfoque de género e interseccional transversal que incorpora varias medidas para que gobiernos adopten y que así se reduzcan las brechas de género, como igualdad en el acceso de educación y la calidad de empleos, reducir el acoso sexual que sufren mujeres migrantes, entre otros.
También se pretende disminuir la informalidad laboral entre las trabajadoras migrantes, mayor que en los hombres, y que estas puedan acceder de mejor forma a créditos y así reducir su precariedad.
En la presentación virtual de dicho plan, Moreira presentó un escenario volátil y complejo en la población migrante en la región y afirmó que esta estrategia pretende conseguir condiciones laborales decentes para este sector y evitar situaciones de trabajo forzoso.
La directora regional sostuvo que son numerosos los beneficios de la migración laboral para el desarrollo de países, puesto que personas cubren déficits de mano de obra, tributan y aportan a la seguridad social si consiguen insertarse en el mercado formal, el envío de remesas por su parte genera riqueza, y favorece la riqueza social y cultural.
Estrategia multilateral
El plan consta de varias áreas temáticas, como mejorar las condiciones de trabajo mediante impulso de políticas públicas, acceso a la justicia laboral a migrantes, una mejor coordinación para convalidar títulos y capacitaciones de esta población a países de llegada y reducir su informalización.
También fortalecer legislación y mejorar la gobernanza de la migración laboral para conseguir una mejor cohesión de políticas entre ministerios e impulsar espacios de diálogo de autoridades, empleadores y trabajadores.
Carella puso como ejemplo Guatemala, país de origen de migrantes laborales, pero que en la actualidad tiene un grave problema de falta de mano de obra en el sector agrícola, y apuntó que si hubiera mejor coordinación entre sector privado y público esta «incoherencia» no se produciría.
Moreira destacó la importancia de conseguir un mercado laboral en el que primen las contrataciones equitativas, que deben ser el eje central puesto que estas hacen que se garanticen los derechos del trabajador, que asegure que el sector privado cubra sus necesidades de mano de obra y al mismo tiempo obligue a los gobiernos a hacer cumplir con su responsabilidad legislativa.
El extremo al que puede llevar no contar con un marco de contrataciones equitativas es el trabajo forzoso, comentó antes de detallar que, según cifras de la OIT, los migrantes trabajadores tienen tres veces más probabilidades de ser víctimas de esta lacra.
En este sentido, indicó que más del 70 % de los beneficios que genera el trabajo forzoso provienen de la explotación sexual de mujeres, niñas y adolescentes.
Por Agencia.