jueves, noviembre 21

La música clásica tiene efectos antidepresivos en el cerebro

Está ampliamente documentado que la música influye en el estado de ánimo. Ahora, un nuevo estudio ha ido más allá y demostró que la música clásica tiene efectos positivos en el cerebro. Este hallazgo podría servir para ayudar a los pacientes con depresión resistente al tratamiento.

El estudio analizó el efecto neurológico de la música compuesta por autores occidentales como Bach, Beethoven o Mozart. El mismo demostró a través de mediciones de las ondas cerebrales y técnicas de imagen neuronal que estas composiciones tienen efectos positivos en el cerebro, reseñó EFE.

«Nuestra investigación integra los campos de la neurociencia, la psiquiatría y la neurocirugía, proporcionando una base para cualquier investigación dirigida a la interacción entre la música y la emoción», explica el autor principal Bomin Sun, director del Centro de Neurocirugía Funcional de la Universidad Jiao Tong de Shanghai.

«En última instancia, esperamos trasladar los resultados de nuestra investigación a la práctica clínica, desarrollando herramientas y aplicaciones de musicoterapia cómodas y eficaces», dijo.

Un estudio con trece pacientes

El estudio se realizó con trece pacientes con depresión resistente al tratamiento a los que ya se habían implantado electrodos en el cerebro con fines de estimulación cerebral profunda.

Estos implantes se colocan en un circuito que conecta dos zonas del cerebro anterior: el núcleo del lecho de la estría terminal (BNST) y el núcleo accumbens (NAc).

Utilizando estos implantes, el equipo descubrió que la música genera sus efectos antidepresivos sincronizando las oscilaciones neuronales entre el córtex auditivo (responsable de procesar la información sensorial) y el circuito de recompensa (procesa la información emocional).

«Este estudio revela que la música induce el triple bloqueo temporal de las oscilaciones neuronales en el circuito cortical-BNST-NAc a través de la sincronización auditiva», señaló.

En el estudio se utilizaron varias piezas de música clásica occidental para evitar cualquier interferencia que pudiera surgir de la familiaridad subjetiva.

«Llegamos a la conclusión de que las elecciones musicales durante el proceso de escucha formal eran individualizadas y no estaban relacionadas con el trasfondo emocional de la música», afirma Sun.

«En colaboración con clínicos, musicoterapeutas, informáticos e ingenieros, planeamos desarrollar una serie de productos de salud digital basados en la musicoterapia. Desde aplicaciones para teléfonos inteligentes y dispositivos para llevar puestos», avanza Sun.

«Estos productos integrarán recomendaciones musicales personalizadas, monitorización y retroalimentación emocional en tiempo real. Además ofrecerá experiencias multisensoriales de realidad virtual para proporcionar herramientas de autoayuda cómodas y eficaces».

 

Por Agencia