martes, noviembre 5

La furia racista tras el ascenso de candidata afro en Colombia

Desde insultos clasistas hasta la comparación con un simio: el boom político de la candidata y ambientalista Francia Márquez, desató una insospechada furia racista en este país gobernado históricamente por hombres de las élites blancas.

La aspirante a la vicepresidencia por la coalición izquierdista que encabeza el senador y exguerrillero Gustavo Petro, líder en las encuestas para las presidenciales de mayo, ha sido embestida por una ola racista avivada por las redes sociales.

Marbelle, una afamada cantante colombiana, comparó en Twitter a Márquez con el gorila King Kong, tras lo cual siguió una cadena de ataques.

En una salida igualmente desafortunada, el senador de su propio movimiento Gustavo Bolívar publicó y luego borró la imagen de King Kong sosteniendo en la mano a la actriz Naomi Watts, en el papel de Ann Darrow, con el mensaje: «Querida Marbelle, cuando yo sea vicepresidenta, haré que te respeten y te den todo el amor que te ha faltado«.

Días antes, la periodista Paola Ochoa soltó un mensaje del mismo tinte en una emisora radial: «Cualquiera se va a ver muy mona [rubia], muy maja, muy estrato seis [adinerada] comparada con Francia«. Más tarde se disculpó.

«No me han sorprendido» los ataques, respondió la dirigente de 40 años en Caracol Radio. Al contrario, han «permitido evidenciar el racismo, que ha estado solapado, pero siempre ha estado ahí«.

Al obtener la segunda mejor votación (785.000 sufragios) en las primarias del Pacto Histórico, la coalición de opositores que encabeza Petro (4,4 millones de votos), Márquez se convirtió en un fenómeno político.

Galardonada en 2018 con el Premio Goldman -también conocido como Nobel del medioambiente- por su lucha en defensa del agua, la candidata podría convertirse en la primera vicepresidenta afrocolombiana.

Desde el 23 de marzo, cuando Márquez y Petro anunciaron su binomio, hay un «proceso de exacerbación» de la segregación en redes sociales y medios, apunta Amanda Hurtado, directora del Observatorio de Discriminación Racial de la Universidad de Los Andes.

«Nunca antes había habido tantos comentarios racistas«, agrega Hurtado, que ha monitoreado más de un centenar de agresiones que tienen miles de retuits.

Ante la andanada de insultos que desató su tuit, el senador del Pacto Histórico Roy Barreras interpuso acciones legales contra Marbelle por «hostigamiento» y otros delitos. La ley castiga con hasta tres años de prisión a quienes atenten física o moralmente a una persona por su raza o etnia.

De pocas sonrisas, Márquez también levanta críticas por su discurso reivindicativo y feminista, y sus insistentes demandas de «justicia racial«.

Estructural

El 9,3 % de los 50 millones de habitantes en Colombia se reconocen como afros, una de las poblaciones más castigadas por la pobreza y el conflicto interno. El 30,6% de los negros son pobres (42 % en toda Colombia) y el 12 % están desempleados, según cifras oficiales.

Colombia sufre un racismo «estructural» e «históricamente naturalizado«, explica Cindy Hawkings, abogada del Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos.

Las comunidades negras tienen escasa «participación en la vida pública y política«. Los recientes comentarios contra Márquez develan «esas relaciones de poder y de privilegio«, enfatiza.

Hoy, en el gabinete ministerial de Iván Duque únicamente hay una persona negra y 11 en el Congreso bicameral de 280 asientos. Además, solo gobiernan en cuatro de los 32 departamentos más sus capitales.

En medio de ascenso de Márquez, otros tres aspirantes eligieron a un afro para que los acompañe en la carrera a la Presidencia.

En entrevista con la AFP en febrero, anticipó que busca el poder para representar a «los nadie«, «los que no se nos reconoce nuestra humanidad» y a «los que no se nos reconocen los derechos«.

«La política es antirracista o no será«, proclamaba la líder que desde muy joven tuvo que huir de su natal departamento del Cauca por amenazas de paramilitares y en 2019 sobrevivió a un atentado con granadas.

Vestida siempre de estampados coloridos con motivos africanos, Márquez «se enfrenta a muchas relaciones de poder y jerarquía en razón del sexo, género, de la pertenencia étnica y racial» por parte de la política tradicional, dice Hawkings.

Porque en contraste con las «élites blancas ilustradas«, añade Hurtado, las comunidades negras «subalternizadas» están relegadas al cuidado del hogar, la cocina y el servicio doméstico desde que se abolió la esclavitud en 1851.

Su imagen «marca una ruptura y un hito«, se «sale de ese lugar» marginal, concluye.

Por: Agencia