domingo, diciembre 22

La fuga de un exoficial de la CIA y la «Operación Olé»

El Congreso Antifascista… Bastante daño le hacen el fascismo, el neofascismo y todas esas expresiones de odio a los pueblos soberanos del planeta a través de las redes sociales, sin embargo, que Venezuela sea el epicentro del Primer Congreso Mundial Antifascista, muestra que somos uno de los países mas golpeado por esa corriente extremista, pero que también hemos enfrentando esa monstruosidad con total valentía y no han podido doblegarnos, pese a que, a lo interno, tenemos un grupúsculo de apátridas que intenta magnicidios, golpes de Estado, invasiones militares, guerras económicas, bloqueos financieros, obedeciendo a los intereses del imperio gringo, el cual lidera actualmente ese terrible flagelo en el orbe. Leí y escuché algunas exposiciones de los expertos invitados, así como de los nuestros, y nada más me resta felicitarlos y darles un aplauso de pie. ¡Venceremos!

No es chiste… Después de las declaraciones del Fiscal General de la República, Tarek William Saab, sobre la carta que le envió, antes de huir a España, el abuelo misógino, a través de su abogado defensor, la corruptora de menores, María Corina Machado, escribió en las redes sociales: «Edmundo González Urrutia es el Presidente Electo de Venezuela; lo sabe Maduro, lo sabe el CNE, lo saben los jueces y lo saben los miembros de la Fuerza Armada Nacional…», sin embargo, lo más cumbre del caso es que no lo sabía el propio excandidato, quien firmó la comunicación como un ciudadano común, sin las ínfulas presidenciales que tenía antes de que la vindicta pública liberara la orden de capturarlo.

Una tercera persona… No me refiero al título de aquel bolero del «Jibarito de Lares»: Odilio González, sino a las afirmaciones del abogado José Vicente Haro, según las cuales, le aconsejó al bandolero Edmundo González Urrutia que asistiera al Tribunal Supremo de Justicia y a la Fiscalía, pero terceras personas le aconsejaron lo contrario. El profesional del derecho habló en plural, pero en mi criterio, sólo fue una tercera persona, la misma que lo cargaba de títere y lo trataba como a un viejo estúpido en la campaña electoral, mostrándolo en un pendón y opacándolo mediáticamente al atribuirse ella la candidatura presidencial, a pesar de estar inhabilitada políticamente.

El transfuga Gilber Caro… Este pandillero de Voluntad Popular es uno de los delincuentes más perversos de esa organización hamponil, que se fugó a los EEUU, pero como que creyó que seguía en Venezuela, donde Julio Borges mató a un niño con la camioneta, lo dejó botado en plena vía pública y no le tocaron ni un pelo. En cambio, él en Norteamérica mató en accidente vial a un joven de 29 años, y quiso hacer igual que Borges: huir dejando abandonado a las víctimas, y enseguida la policía lo detuvo y lo encarceló. Ahora, en Venezuela, todavía no se puede ni recordar la vez que ese infanticida mató al niño, porque sus panas terroristas lo consideran una agresión.

Familias del crimen impune y organizado… El moderador del programa ConElMazoDando, Diosdado Cabello, también ministro del Poder Popular Para Relaciones Interiores Justicia y Paz, dijo que los Machado, Zuloaga, Parisca, tuvieron una agencia denominada Atenea, que se encargaba de la colocación de niños huérfanos y abandonados. Esos apellidos se valían de sus influencias para efectuar los trámites, y después les cobraban a las familias a las que le entregaban la custodia del niño o la niña. Eso es una bestialidad. Una vil acción comparada con el tráfico de órganos, con la trata de blancas; he allí una inescrupulosa venta de muchachos, que imagino nunca se investigó por implicar a gente pudiente.

La fuga de un exoficial de la CIA… La realidad es que el vagabundo Edmundo González Urrutia partió huyendo de María Corina Machado, que lo quería seguir utilizando en su afán de convertirse en Guaidó parte II, y para evitar que esa homicida pudiera asesinarlo.

Antes de continuar, dejenme advertirles que todas las incongruencias que vean relacionadas con la fuga de Edmundo, tienen su origen en que no hablamos de un político, sino de un exoficial de la CIA, de un policía de alto nivel, de un malandro con elevada preparación, que estaba claro que nunca sería presidente de Venezuela y menos de la mano de una loca.

En todo caso, Machado y González Urrutia hicieron un pacto en el que fue escogido ese viejito bandido como candidato presidencial, para que se sumara a la conspiración opositora que derivó en el fracasado golpe de Estado del 29 de julio.

Desde ese momento, comenzaron cualquier coartada con el apoyo de los influencers y los periodistas prepagos, pero todas fueron derribadas por la verdad, en tanto se desarrollaba la investigación sobre el fraude que pretendieron imponer con las actas forjadas.

Seguidamente, el excandidato, a través de su abogado, le informó al Fiscal General de la República, Tarek William Saab, que no tenía nada que ver con esos documentos fraudulentos, en los que María Corina Machado se basaba para argumentar que él había ganado las elecciones presidenciales.

Machado, tras las sorpresivas declaraciones del abogado de su otrora títere, de una vez cayó en cuenta de que ese hampón se desmarcaba irremediablemente de ella, y que no estaba dispuesto a echarse encima el severo proceso judicial que lo llevaría directo a la cárcel.

María Corina, en una publicación por las redes sociales, asumió la responsabilidad de los papeles chimbos, quizás intentando evitar la fuga de González Urrutia, pero el viejito forajido estaba decidido a disfrutar sin sobresaltos del dinero que se ganó en el pacto con ella y que, por cierto, dejó por fuera de la candidatura al filósofo del Zulia, Manuel Rosales. De la misma forma debemos tener presente, que una carta enviada al camarada Diosdado Cabello, y que leyó en el programa ConElMazoDando, dice: «María Corina, al ver el revuelo internacional que ha causado la orden de captura contra «Inmundo» González, se le ocurrió la genial idea de convertirlo en un mártir, para que ella lo pueda cobrar políticamente, por eso te advierto: ¡Brother!, cuidado con la vida de «Inmundo» González, pues hay un plan en marcha para atentar contra su vida en una supuesta captura del SEBIN, esto sería un falso positivo para reforzar el plan de María Corina, que es lograr que la CPI condene a Nicolás Maduro, y terminar de forzar una condena más dura de la comunidad internacional».

Un hecho a todas luces factible. Qué de extraño tiene que una homicida de esa envergadura planifique asesinar a Edmundo González. El problema estaba en que el «abuelito tierno» se dejara emboscar. Además, el viejito sinvergüenza sabía que durante la campaña electoral, el narcoexpresidente de Colombia, Alvaro Uribe Vélez, le propuso a María Corina Machado que matara a alguien, para responsabilizar al Gobierno bolivariano y sacarle provecho políticamente, de allí que su mejor salida era la fuga.

Tampoco debemos olvidar que Cabello le salvó la vida a Leopoldo López, la vez que Antonio Ledezma planeó asesinarlo, para acusar al presidente Nicolás Maduro. Hablamos de opositores terroristas, apoyados por la canalla mediática nacional e internacional, de criminales en potencia respaldados por influencers y periodistas prepagos: nada se podía descartar.

La «Operación Olé»… Tomando en cuenta que estamos en presencia de Edmundo González Urrutia, un exoficial de la Agencia Central de Inteligencia Americana (CIA), pregunto, ¿qué creen ustedes que es un oficial de la CIA? Un espía, un delincuente sangre fría, experto en operaciones encubiertas. Preparado para ejecutar los procedimientos más minuciosos y criminales que puedan existir en las mentes de los gringos.

No les importa el riesgo. Son hombres entrenados, a tal punto que pueden fingir una doble personalidad, y llevar una doble vida el tiempo que sea necesario. Son adiestrados en manejo de armas, técnicas de investigación, psicología y destreza física. La seguridad y el secreto son su prioridad.

Edmundo González es un ejemplo perfecto de lo que les digo. En la década de los 80, por un lado , se desempeñaba como un respetable diplomático de flux y corbata en la embajada de Venezuela en El Salvador y, por otro, era el malandro que ubicaba y precisaba a inocentes que señalaba de izquierdistas, para que fueran asesinados por los cuerpos polimilitares salvadoreños, con apoyo de los gringos.

Sepan que Maria Corina Machado es una delincuentes capaz de cometer los crímenes más atroces e increíbles que existan, pero es una simple niña malcriada ante ese experimentado exoficial de la CIA. Ese que parecía mirarla con miedo, que asemejaba un cachorrito asustado en las apariciones públicas, no era el verdadero Edmundo.
El verdadero Edmundo González Urrutia fue el que, como buen policía espía, maquinó la «Operación Olé», y se puso a resguardo en la embajada de los Países Bajos desde el 29 de julio, luego se pasó para la de España, que está ubicada al lado y, finalmente, se marchó en un avión militar expreso con la bola de billete que le quedó por el pacto con la Machado; si no me creen, pregúntenle a Leopoldo Castillo (a) «El Matacuras», cómplice de sus andanzas homicidas en la embajada venezolana de El Salvador.

Que dejó en el limbo a la gente que depositó en él su confianza en Venezuela, repito, hablamos de un exoficial de la CIA, funcionarios que tienen hasta prohibido revelarles a los padres y a las madres o a las esposas o esposos, que trabajan para esa central de inteligencia.

De todas maneras, bastante se les advirtió que la campaña electoral de ese par de bandidos era una perversa trampa caza-bobos. Allá los que se dejaron engañar y quieren que los sigan engañando.

 

Por Gian Carlo Di Martino