Los mexicanos Roberto Jiménez y Rodrigo Ramírez diseñaron unas vacaciones de ensueño en Cuba, pero no ocultan que les ha ido «mal» debido al apagón nacional que sufre buena parte de la isla por cuarto día consecutivo.
«Lógicamente, veníamos de vacaciones, para disfrutar, conocer, y mal, mal, nos fue mal», declara a la AFP Jiménez, un comerciante de 46 años, mientras pasea con su amigo Ramírez y las parejas de ambos por el céntrico Paseo del Prado de La Habana.
En su primera visita a la isla, que tiene en el turismo una de las actividades vitales de su economía, Jiménez cuenta que el hotel de la provincia de Holguín (noreste), donde el grupo estuvo hospedado antes de viajar a la capital, se quedó sin electricidad varias veces e incluso debió «batallar para cargar» su teléfono móvil.
El domingo en la noche, cuando el país llevaba más de 48 horas de apagón, las parejas intentaron salir del hotel de La Habana Vieja donde están y que cuenta con una plata generadora, para disfrutar de un paseo por la zona, pero tampoco les fue posible, reseña la AFP.
«Ni salir, nada más nos asomamos, vimos muy oscuro» todo, comenta Ramírez, de 49 años.
Desde el viernes, Cuba, que vive hace meses una aguda crisis energética, enfrenta un apagón general debido a una avería en la principal central termoeléctrica, que provocó la caída de la red, informaron las autoridades, que desde ese mismo día intentan restablecer el servicio.
Según las autoridades, la mitad de La Habana recuperó este lunes el servicio eléctrico, pero otras regiones del país permanecen sin electricidad.
«Está mal porque se pasa a afectar el turismo y el turista dice: ya no regreso a Cuba», concluye Jiménez. Cuando llegue a México, dice, solo hablará de una cosa: «Que nos las pasamos sin luz todas las vacaciones».
«Duro» apagón
La española Amaya García, de 54 años, llegó el viernes a la isla con su esposo. El plan: tres días en La Habana y cuatro en Varadero, el principal balneario del país.
«A ver qué nos espera ahí (en Varadero)», dice García que tuvo un recibimiento casi a oscuras a su llega al aeropuerto internacional de La Habana.
«Cuando estábamos pasando el control en el aeropuerto se fue varias veces la luz, entonces se demoraron mucho más las colas», explica García, que lamenta que, debido al apagón, «estén cerrados» los lugares de esparcimiento en la capital.
¿Frustrada? «Un poco. No nos habíamos hecho muchas expectativas. Ya sabíamos que el país no la estaba pasando bien especialmente, pero lo del apagón ha sido duro».
A diferencia de otros destinos del Caribe, el turismo cubano aún no ha logrado recuperarse del impacto de la pandemia del coronavirus ni del recrudecimiento de las sanciones estadounidenses bajo el gobierno del magnate republicano Donald Trump (2017-2021).
En medio de su peor crisis económica en tres décadas, la isla recibió 2,4 millones de turistas en 2023, el 68,5% de los 3,5 millones que había planificado, y muy distante del récord de 4,7 millones que llegaron al país en 2018 a raíz del histórico acercamiento con Estados Unidos.
La meta de llegar a 3,2 millones este año no parece alcanzable.
Otros turistas, como el bielorruso Kostantín Makarov, un ingeniero en informática de 37 años, no se tomaron el apagón con el mismo malestar.
«Acabado de venir y hay apagón», explica Makarov en su escaso español.
No obstante, apasionado al mar, viajó con su caña y este lunes iniciaba su sesión de pesca matutina en el Malecón de La Habana.
En Cuba, «la vida es diferente, más despacio (…) gente sabe cómo disfrutar la vida. Nosotros los extranjeros no sabemos», dice Makarov, que ha viajado ocho veces a la isla, un país que le recuerda a la Bielorrusia de hace 25 años.
Por: Agencias / Foto: Cortesía