La peor sequía de los últimos 120 años en la Amazonía brasileña ha hecho aflorar varios yacimientos arqueológicos desconocidos hasta hoy, entre los cuales se han encontrado urnas funerarias y grabados rupestres de pueblos indígenas de la época precolonial.
El Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional de Brasil (Iphan) ha anunciado el descubrimiento de tres nuevos lugares arqueológicos desconocidos hasta ahora y «de gran relevancia» en el estado de Amazonas, y esperan detectar más, si persiste la falta de lluvias.
La región amazónica, hogar de la mayor cuenca hidrográfica del mundo, enfrenta una grave sequía que ha causado el descenso histórico de varios de sus principales ríos, aislado comunidades rurales y golpeado de forma drástica el transporte fluvial.
El río Negro, por ejemplo, alcanzó en la víspera un mínimo de 13,51 metros a la altura de la ciudad de Manaos, lo que supuso la menor marca de los últimos 122 años, inferior incluso a las registradas en las sequías de 2010 (13,63m) y 1963 (13,64m).
Pero esta situación, que en algunos casos ha transformado los lechos de los ríos en desiertos, ha provocado también que en las últimas semanas aparezcan restos arqueológicos.
El primero de los nuevos yacimientos está en la localidad de Anamã, a unos 160 kilómetros de Manaos, donde han hallado un conjunto de pedazos de urnas cerámicas funerarias de la época precolonial.
El arqueólogo Jaime Oliveira, del Iphan Amazonas, explicó a EFE que los artefactos parecen estar asociados a la fase «Guarita» de «tradición policromática de la Amazonía«, que se desarrolló en la parte central de la selva entre los siglos IX y XIV.
Según ha podido comprobar de forma muy preliminar, cree que podría haber entre «dos y tres urnas» y que en ellas no hay restos humanos.
Nuevos grabados rupestres milenarios
En Urucará, a 260 km de Manaos, encontraron en los márgenes del río Uatumã una serie de grabados esculpidos en piedra.
Estos petroglifos tienen características similares a los identificados cerca de Manaos, en el yacimiento conocido como Ponta das Lajes, que aparecieron por segunda vez este año, pues la primera vez que fueron vistos fue durante la sequía de 2010.
Oliveira estima que ambos registros rupestres, que contienen diversas representaciones humanas, la mayoría de rostros, pueden tener entre mil y dos mil años de antigüedad.
«Los dos sitios parecen corresponder al mismo periodo de ocupación, aunque no tenemos cómo identificar la etnia indígena que hizo los grabados«, expresó.
Oliveira considera que estos descubrimientos apoyan las investigaciones más recientes sobre la Amazonía central que indican que, en el periodo precolonial, la región estaba más poblada de lo que se creía en un primer momento.
El último hallazgo corresponde a las ruinas del fuerte São Francisco Xavier, construido en el siglo XVIII en el actual municipio de Tabatinga, en la triple frontera entre Brasil, Colombia y Perú.
Según el Iphan, el fuerte, un edificio «modesto» de madera con forma de hexágono irregular y protegido con nueve piezas de artillería, era «la última parada» para quienes navegaban por el río Amazonas antes de poner rumbo a los Andes durante el periodo colonial.
Las embarcaciones de aquella época que pasaban por allí acostumbraban a dirigirse a San Pablo de Loreto, en Perú, bajo dominio español.
Los investigadores sostienen que la fortificación, que fue engullida por las aguas a principios del siglo XX, fue clave «en la consolidación de la frontera brasileña de la región norte«.
«Estamos bastante sorprendidos. No esperábamos vivir esta situación, es bastante excepcional. Y creemos que si la sequía perdura un mes más, vamos a ver nuevos descubrimientos«, vaticinó Oliveira.
Por: Agencia