Elegí esta poderosa frase de Malcolm Little, mejor conocido como Malcolm X, para introducir el tema de hoy: Elegir tiempo vivo o tiempo muerto. Y es que Malcolm X, con una vida marcada por las vicisitudes, la desesperanza y el dolor, eligió actuar, eligió el tiempo vivo por encima del tiempo muerto, eligió ser grande, actuar, salir del hoyo en el cual se encontraba, eligió dejar atrás a Detroit Red, tal como era conocido en el bajo mundo de la delincuencia y trascender como Malcolm X.
Hablar de tiempo vivo y tiempo muerto es citar a Robert Greene, escritor estadounidense creador de cinco libros de proyección internacional, como Las 48 leyes del poder, El arte de la seducción, Las 33 estrategias de la guerra, La Ley 50 y Maestría. Fue Greene quien dio sentido al uso que eliges darle al tiempo, definiendo tiempo vivo cuando decides hacer algo de provecho en ese lapso, y tiempo muerto, cuando te sientas a esperar a que sucedan las cosas.
Y Malcolm X eligió. Antes de llegar a ser conocido como defensor de los derechos de los afroestadounidenses y ser uno de los hombres más influyentes afroamericanos en la historia de Estados Unidos, Malcolm X fue un niño marcado por la tragedia y fue un delincuente.
Cuando apenas tenía seis años, su padre fue asesinado por su labor en defensa de los derechos de los trabajadores y su madre ingresó en un hospital psiquiátrico a causa de la locura que le produjo el hecho de que le quitaran la custodia de sus hijos. Vivió en casas de acogida y ya adolescente se involucró en el hampa de Boston y Nueva York, hasta que finalmente, en 1946 fue acusado de posesión de armas de fuego, hurto y allanamiento de morada, por lo que recibió una condena de diez años en la prisión estatal de Massachusetts, apenas tenía 21 años de edad.
Lo interesante de este personaje fue que no se dejó abatir, supo escuchar y eligió ser libre de pensamiento a pesar de los barrotes que lo enclaustraban.
Claro que pasó por momentos oscuros durante su encierro, pero también de luz, conoció a un hombre autodidacta llamado John Elton Bembry quien lo convenció para educarse a sí mismo. Esto hizo que Malcolm desarrollara un interés voraz por la lectura y por crecer. Desde su presidio eligió acoger la religión musulmana que le dio otra visión y perspectiva de su vida y lo que podía lograr. Fue tal su cambio, que en un momento de reflexionó desde la cárcel habría señalado: “Pasaron meses en los que pensaba que no estaba encarcelado. De hecho, hasta entonces, nunca había sido tan verdaderamente libre en mi vida”.
Malcolm X eligió el tiempo vivo, apostó a aprender, actuar y sacar el máximo provecho del tiempo mismo, dejó su pasado en el tiempo muerto, eligió no quedarse encerrado tras las rejas, lamentándose por las circunstancias o lamiéndose las heridas. Supo usar esas circunstancias para transformarse, leer, aprender, explorar la religión, dio alas a su mente e imaginación, sin percatarse a veces de su condición de presidiario.
Sin duda que era más fácil, de acuerdo a su dura historia de vida, sentirse incomprendido, sentir odio y hasta deprimido y quedarse encerrado en esa oscuridad, pero a diferencia de muchos, Malcolm X decidió transformar esa realidad y cambiar.
¿Pero que podemos aprender de esta historia? Seguro me preguntarás, y es que este interesante caso de Malcolm X, nos permite trazar una línea paralela entre su historia, y la historia actual de cada uno de nosotros para aprender.
Todas los duros momentos que marcaron su vida, pueden representan los obstáculos, reveses, negativas y fracasos que has enfrentado en tu vida y negocio; la cárcel, ese espacio que a muchos debilita y acaba, puede representar la pandemia que a tantos ha paralizado y hundido; y Malcolm Little que decidió ser Malcolm X, puedes ser tú.
Así que te pregunto, ante momentos cruciales, que has elegido, como te has comportado, has actuado o te has quedado inerte a la espera del momento para hacerlo. Y ante eventos futuros, luego de esta breve lectura, como piensas actuar.
Tal como la cárcel resultó ser el punto de inflexión para Malcolm, la pandemia puede representar tu gran oportunidad, la clave está en entender que todo yace en una elección, en tu elección, de ti depende decidir, accionar o quedarte en tiempo muerto.
Pregúntate hoy, que iniciativas estuviste postergando en tu negocio solo para cuando tuvieras más tiempo, y que ahora que lo tienes, pero que aún no lo has accionado. Piensa en aquel hobby que has dejado atrás, en aquel libro que siempre quisiste leer, en todas aquellas iniciativas o metas que siempre añoraste ponerla en práctica, pero por la falta de “tiempo” no las ejecutaste.
Así como Malcolm X eligió, te corresponderá a ti elegir, decidir qué hacer en estos momentos para transformar el curso de tu propia historia, elegir el tiempo vivo o el tiempo muerto, la clave está en elegir.
Por: María Inés Morán