miércoles, diciembre 25

La edad no debe limitarte para cumplir tus metas

Estuve reflexionando acerca de la edad, y cómo esta muchas veces se convierte en excusa o limitante para muchos.

Seguro has escuchado a algún amigo, e incluso te has escuchado a ti mismo decir, es que estoy muy viejo para eso o ya no podré lograrlo, frases que resultan excusas, sí, tal como lo lees: excusas, porque ya sea por inseguridad o por miedo, es una evasiva para mantenerte encerrado en tu burbuja de confort, situación esta que te aleja de tus metas y tus sueños. Y llegarás a anciano y cuando mires atrás, te darás cuenta de que viviste una vida sin propósito y sin pasión.

Ten siempre presente que para cumplir tus sueños y metas no hay una edad ideal, por allí leí una frase que me encantó y encaja perfecta en esta reflexión: “La mejor edad es cuando usted deja de contar los años y cumple sus sueños”, esa sí es la edad ideal. Porque cuando se piensa en la edad como algo limitante, estás renunciando a cumplir tus metas.

La sociedad en general nos ha pautado la vida desde que nacemos, crecemos y vamos al colegio, luego vamos a la universidad, nos casamos, tenemos hijos, nos volvemos adultos, y como tales, debemos quedarnos en casa a cuidar a los nietos, ese es el ciclo impuesto. Ahora bien, nadie está obligado a cumplir con estas normas, no hay ilegalidad en no cumplirlas, todos tenemos la libertad, el libre albedrío de decidir vivir nuestros sueños, de viajar, de aprender nuevos oficios, de capacitarse, de aprender a bailar y de pintar, por ejemplo.

Romper con el pensamiento limitante de la edad es el primer paso para avanzar hacia una vida plena y feliz.

Pero ¿cómo lograr desapegarse de ese pensamiento limitante? Tomé esta inquietud y desarrollé una sencilla guía para invitarte a reflexionar sobre el tema, y si en algún momento sacaste la excusa de la edad para no hacer algo, pues es el momento de cambiar y actuar, para que cuando llegues al ocaso de tu vida sientas la satisfacción de una vida plena, llena de pasión y metas cumplidas.

Celebra la vida. Deja de temer cumplir años, ocúpate, en todo caso, de cumplir con tus sueños. Haz una lista de lo que te falta por vivir, comienza con cosas sencillas como clases de canto, de baile, de pintura, aprender computación o un nuevo oficio, y luego avanza en tus sueños, no te limites.

Disfruta el momento. Haz siempre lo que te haga sonreír y te regocije el alma. Vive cada momento a plenitud.

No le hagas mal a nadie. No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti, enfócate en tu plenitud y en tu felicidad, sin hacer daño a quienes te rodean.

Aprende a perdonar. El perdón tiene un efecto sanador, perdonar es dejar atrás las ataduras del rencor y el odio, y vivir sin ese lastre.

Sonríe. Cada mañana al levantarte, sonríe; al asearte, sonríe; al saludar a los tuyos, sonríe. La sonrisa es contagiosa, es saludable y catalizadora, además que aleja las amarguras de tu vida.

No te rindas nunca. No permitas que los obstáculos que se te presenten en la búsqueda de tus sueños te venzan, sacúdete el polvo y vuelve a levantarte, insiste y persiste, hasta alcanzarlo.

Empéñate en ser feliz. Cada vez que llegue a ti un pensamiento negativo, de desánimo o desmotivación, esas voces que te dicen que no puedes, que ya estas viejo, pues recuerda que nunca es tarde para seguir intentándolo.

Es tu decisión, son tus sueños. Ten presente que es tu decisión, eres tú y nadie más que tú quien tiene el poder de decidir cómo vivir. La clave está en intentarlo, sin pensar en las adversidades, eres tú quién tiene la última palabra, no los demás.

Recuerda siempre que la mejor edad para cumplir tus sueños y metas es la que tienes hoy, así que te invito a luchar por tus sueños y a confiar en ti.

Espero que luego de esta reflexión puedas mirar la edad, ya no como limitante, sino como una oportunidad de enfrentar nuevos retos, respaldado por la experiencia y las vivencias, que puedas darte un momento para pensar en lo que te apasiona, para rescatar tus sueños y culminar aquello que siempre hiciste a un lado y dejaste para después.

Es un propósito para el cual puedes apoyarte en tu psicólogo de confianza, un profesional que cuenta con todo un bagaje de conocimientos y herramientas para guiarte y orientarte, para desmontar todas esas barreras que te limitan, como la edad, y te desvían de tus metas. Recuerda que para soñar y cumplir una meta no hay edad, la mejor edad es la que tienes hoy.

Por Jenny La Rotta