La delegación del grupo guerrillero colombiano ELN (Ejército de Liberación Nacional), acogido desde hace cuatro años por Cuba, inició el domingo su «regreso» a Colombia en el marco de nuevas negociaciones de paz prometidas por el presidente Gustavo Petro, anunció el canciller cubano.
«La delegación de paz del ELN abandonó el territorio cubano el domingo 2 de octubre», anunció en Twitter el ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla.
El retorno de la delegación negociadora se da en cumplimiento de los protocolos firmados por el ELN, el gobierno de Colombia, así como con Cuba, Noruega y Venezuela como países garantes, indicó el canciller cubano.
La delegación del ELN y el gobierno colombiano iniciaron en 2017 diálogos de paz en La Habana, como sede, durante el mandato del expresidente Juan Manuel Santos, pero su sucesor Iván Duque los sepultó un año después tras un atentado contra una escuela de la Policía que dejó 22 muertos, además del agresor.
Venezuela dio este domingo «la bienvenida al cumplimiento de los protocolos» para «el retorno seguro y con garantías de la delegación de paz que permanecía en Cuba», dijo de su lado la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, en Twitter.
La AFP no pudo determinar inmediatamente dónde se encontraba la delegación, aunque se esperaba que transitara por Venezuela.
La emisora colombiana Radio Caracol difundió el domingo una foto de la delegación en una pista frente a la aerolínea venezolana Conviasa, indicando que uno de los líderes del movimiento, Pablo Beltrán, se encontraba entre el grupo.
El ELN es la última guerrilla que queda en Colombia, mientras que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron un acuerdo de paz en 2016.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, primer presidente de izquierdas y antiguo guerrillero, que asumió en agosto trabaja en un plan de «paz total» para acabar con toda la violencia en su país tras más de 50 años de constantes enfrentamientos.
En particular, ha manifestado su disposición a negociar con el ELN, pero también con las disidencias de la extinta guerrilla de las FARC (que rechazan el acuerdo de 2016), o a discutir con las bandas de narcotraficantes su entrega a la justicia.
Por: Agencia