
En una emotiva ceremonia celebrada la mañana de este viernes 7 de noviembre durante la capilla ardiente autoridades eclesiásticas despidieron al Presbítero Eduardo Ortigoza,
Durante los homenajes los familiares recibieron la Orden Antonio María Soto, en su única clase por parte de los Servidores de María de la Basílica Nuestra Señora de Chiquinquirá. un reconocimiento póstumo a su invaluable legado y dedicación a la Iglesia Católica y a la comunidad marabina.
La orden a Antonio María Soto, que fue el fundador de los Servidores de María, es la más alta condecoración que la sociedad religiosa tributa, por la devoción y la cercanía que el padre Eduardo Ortigoza tuvo para con la sociedad religiosa, para con la Basílica y ese amor a Chiquinquirá», explicó el párroco Nedward Andrade .
La eucaristía con cuerpo presente fue presidida por Monseñor José Luis Azuaje, Arzobispo de Maracaibo, quien señaló la profunda huella dejada por el sacerdote en la arquidiócesis y en los corazones de quienes lo conocieron.

Luego de ese reconocimiento su sobrino, Carlos Silva Ortigoza, solicitó que se honrara el nombre de su tío con trabajo, tal como él lo hubiera querido, y que se continuaran con las últimas ideas en pro de lograr los objetivos para las escuelas y la universidades, destacando que él nunca pidió nada por sus servicios.
Azuaje señaló que el Presbítero Eduardo Orozco, nacido en 1956 en la parroquia El Saladillo de Maracaibo, junto a sus dos hermanos, cultivó desde temprana edad un profundo amor por la Iglesia y una ferviente devoción a la Virgen María, sirviendo como monaguillo desde muy joven.

La vocación sacerdotal lo llevó a iniciar sus estudios en el seminario en 1973, culminando con su ordenación como sacerdote en la Basílica en el año 1980. Posteriormente, en el año 2001, obtuvo su doctorado en Derecho Canónico, lo que le permitió desempeñar diversos cargos de relevancia en la Arquidiócesis de Maracaibo, sirviendo en varias iglesias y dejando un legado imborrable de enseñanzas y preocupación por los principios de la fe.
Monseñor Azuaje resaltó el compromiso del presbítero Orozco con diversas iniciativas, incluyendo su trabajo en la Universidad Cecilia Acosta y su colaboración con los medios de comunicación, como el Canal 11. «Siempre atento a las peticiones que le hacía su obispo, fuimos grandes amigos, muchas tertulias tuvimos sobre la realidad de nuestra querida arquidiócesis».

El arzobispo enfatizó que el presbítero dedicó su vida a mejorar las condiciones de vida de numerosas comunidades, sirviendo como un ejemplo de entrega y servicio. «Nos alegramos de la tristeza y la partida, pero nos alegramos también de ese legado histórico que él nos ha dejado, y los retos profundos en todos los proyectos», concluyó Monseñor Azuaje, haciendo un llamado a continuar el trabajo y los proyectos que el presbítero impulsó.
El párroco de Basílica de Chiquinquirá padre Nedward Andrade, destacó el legado del presbítero, y señaló que dedicó su vida a obras benéficas, especialmente en los ámbitos educativo, de promoción social, comunicación y cultura. Andrade enfatizó que, aunque se siente el dolor de su partida, su luz se ha encendido en el cielo y desde allí orará por la comunidad, inspirándolos a continuar trabajando por el bien de los demás.

Por su parte el Gobernador del estado Zulia quien estuvo acompañando las actividades y dio sus condolencia a familiares amigos y compñeros de trabajo de Ortigoza señaló que se unen al duelo, a «la esta tristeza que nos embarga por la pérdida de un zuliano excepcional como es el Padre Eduardo Ortigoza. Aquí está todo el gobierno del Estado, el Consejo Legislativo, la Contraloría del Estado, estamos aquí honrando su memoria, su obra desde las escuelas arquidiocesanas, desde el Canal 11, desde la Universidad Católica Cecilia Costa y en fraternal comunión, cercanía con el señor José Luis Azuaje».

Caldera aprovechó el momento para ratificar el compromiso de apoyar, «de continuar esta obra que deja una huella imborrable en todas las latitudes del Zulia. El padre Eduardo Mendoza supo siempre levantar las banderas de la fraternidad, del diálogo, del encuentro con su humildad, con su nitidez».
El cuerpo de Ortigoza estará hasta las 4.30 de la tarde en la Basílica y después será llevado a la catedral que será su última morada.
Texto Lizaura Noriega/Fotos: Herminio Bejarano

