La OTAN reafirmará la semana próxima en su cumbre de Vilna (Lituania) que Ucrania está llamada a convertirse en miembro pleno de la alianza militar, desafiando a Rusia, que hace casi 17 meses invadió la exrepública soviética alegando que quería impedir esa adhesión.
«Tengo la expectativa de que los mandatarios aliados reafirmen que Ucrania se convertirá en miembro de la OTAN y se unan para acercar a Ucrania a ese objetivo», dijo el viernes el secretario general de la Organización del tratado el Atlántico Norte (OTAN), el noruego Jens Stoltenberg.
No obstante, «aún estamos realizando consultas sobre la formulación exacta» en que se expresará esa posibilidad, añadió.
Esa formulación, dijo, se dará a conocer «cuando estemos de acuerdo» entre los 31 miembros de la entidad, señaló.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ejerce enorme presión diplomática para que en la cumbre del martes y el miércoles próximo en Lituania la OTAN anuncie compromisos claros sobre el camino a la adhesión a la alianza militar transatlántica.
Países del este de Europa, que formaron parte de la órbita de Moscú antes del desmoronamiento de la Unión Soviética en 1991, apoyan las demandas de Kiev, aunque ese paso solamente debería darse cuando termine la actual guerra con Rusia.
Esa postura, sin embargo, no es unánime, y los aliados buscan a contrarreloj un terreno común sobre las garantías de seguridad pedidas por Ucrania.
La alianza, sin embargo, adelantó una importante señal de apoyo, con la primera reunión del Consejo OTAN-Ucrania, en la cual en principio participaría el propio Zelenski.
Así, para la OTAN se trata de mantener satisfecho a un futuro integrante de la alianza, evitando un compromiso formal en pleno conflicto bélico Rusia, por los riesgos de una escalada de consecuencias imprevisibles.
Con esas consideraciones en mente, los diplomáticos coinciden en señalar que varios de los principales miembros de la alianza -como Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Alemania- negocian con Ucrania un plan de largo plazo sobre suministro de armas.
Rusia ya había advertido en 2008, durante una cumbre de la OTAN en Rumania, que vería una adhesión de Ucrania a la OTAN como una amenaza directa al territorio ruso.
Cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció la intervención militar en Ucrania, el 24 de febrero de 2022, exigió entre otros puntos que Ucrania tenga un «estatus neutral» y garantías de que nunca entrará a la OTAN.
Nivel de gastos
Otro asunto delicado de la reunión de Vilna es la reformulación de los gastos de defensa en los países de la alianza.
La idea es que la actual meta de dos por ciento del PIB se convierta en «un piso y no en un tope máximo», explicó Stoltenberg.
Once de los 31 miembros de la OTAN destinaron este año al menos dos por ciento de sus PIB a la defensa, en tanto que esa partida presupuestaria registró el año pasado en el conjunto de la alianza un aumento de 8,3 por ciento, «el mayor en décadas».
El tercer asunto conflictivo se refiere al veto de Turquía (visto como un miembro clave de la OTAN) a la adhesión de Suecia.
La OTAN invitó formalmente en 2022 a Suecia y Finlandia a sumarse a la alianza.
Finlandia fue admitida en abril, pero la candidatura sueca se estrelló con el veto de Turquía, que acusa de ser un santuario de activistas opositores kurdos considerados por Ankara como «terroristas».
Stoltenberg se reunió el jueves en Bruselas con los ministros de Relaciones Exteriores de Turquía y Suecia y anunció que los mandatarios de los dos países mantendrán una reunión el lunes en Vilna.
Hungría tampoco ha ratificado hasta ahora su apoyo a la adhesión de Suecia, aunque adelantó que dará su luz verde si Turquía cancela su veto.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó el miércoles que deseaba «con impaciencia» el ingreso pleno de Suecia a la OTAN.
Por: Agencias / Foto: Cortesía