El pasado 26 de septiembre, Marlon Bermúdez lucía una camisa que le quedaba algo ajustada en los brazos. Su cuello y su rostro estaban robustos. Sus ojos tenían más lucidez y su voz podía resonar por las paredes de la plaza cubierta de la Universidad Central de Venezuela.
Ese escenario es diferente al visto este lunes 9 de octubre, cuando Marlon y otros compañeros jubilados de Pdvsa cumplen dos semanas en huelga de hambre para exigir diversas reivindicaciones, reseñó Efecto Cocuyo.
Así como Marlon, Julio Blanco y Rodolfo Hernández se mantienen en la protesta desde hace catorce días. Son los únicos que quedan de las ocho personas que iniciaron la huelga el 26 de septiembre.
Junto a ellos hay dos personas más, uno que tiene 8 días en ayuno y otro que está en la protesta de forma simbólica debido a sus problemas de salud.
Lo cierto es que, tras dos semanas de haber iniciado la protesta, los huelguistas todavía no reciben respuesta de Pdvsa, pero tampoco han tenido atención por parte del gobierno venezolano.
Apenas este lunes se acercó una comisión de cuatro diputados de la Asamblea Nacional de 2020 liderada por la parlamentaria Luz Coromoto Chacón y con la presencia de Marcos Dugarte, ambos diputados del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), entre otros.
La reunión entre diputados y manifestantes logró que se acordara otro encuentro para el próximo viernes 13 de octubre en los alrededores del Palacio Federal Legislativo.
Sin embargo, a pesar de la insistencia de los parlamentarios, los huelguistas aseguraron que no detendrán la protesta hasta ver que haya pasos firmes hacia las respuestas a sus exigencias.
Originalmente, los jubilados de Pdvsa iniciaron la huelga de hambre en los alrededores de la sede de la petrolera venezolana en La Campiña entre el 12 y 13 de septiembre.
No obstante, la misma se frenó porque hubo una promesa por parte de la directiva de Pdvsa para sostener una reunión en la que, en teoría, hablarían de cómo solventar las exigencias de los manifestantes.
Esa reunión se realizó el lunes 25 de septiembre y los resultados fueron decepcionantes para los manifestantes.
Por ello, al día siguiente se instalaron en la plaza cubierta de la UCV para retomar la protesta. Desde ese momento la huelga de hambre se ha mantenido en este lugar pues los jubilados dicen sentirse más seguros en la UCV que en La Campiña.
Julio Blanco, vocero principal de la protesta, aseguró que la intención es seguir hasta tener respuestas concisas. Aunque agradeció la visita de los diputados, fue enfático al decir que la huelga sigue en pie. Blanco también hizo un llamado a Nicolás Maduro este lunes 9 de octubre y le pidió interceder ante Pdvsa.
Mientras tanto, Marlon Bermúdez destacó que aunque se siente cada vez más débil y ya ha perdido 9 kilos, su convicción de lucha lo llevar a mantenerse en la protesta.
“Acá no me voy a morir, yo voy a llegar hasta que el cuerpo aguante. Me van a tener que recoger del piso de la UCV y llevarme a un hospital”, indicó el jubilado.
Por: Agencia.