El jefe de la CIA y un asesor especial de la Casa Blanca tenían previsto llegar el miércoles a Oriente Medio para intentar generar apoyo para la última propuesta de tregua entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza.
Una fuente de Catar dijo que el director de la CIA, William Burns, era esperado en Doha para «continuar trabajando con los mediadores y concluir un acuerdo» de alto el fuego.
Catar, Estados Unidos y Egipto son los mediadores en las negociaciones indirectas entre Israel y Hamás.
Según el sitio estadounidense Axios, el asesor especial del presidente Joe Biden para Oriente Medio, Brett McGurk, llegaría el miércoles a El Cairo para impulsar la última propuesta de acuerdo.
El plan presentado por Biden -quien aseguró que fue propuesto por Israel- prevé un alto el fuego de seis semanas junto a un retiro israelí de las zonas más pobladas de Gaza, la liberación de algunos rehenes, en especial mujeres y enfermos, y de prisioneros palestinos detenidos por Israel.
El plan apunta a establecer un alto el fuego «permanente» en una fase posterior, a condición de que Hamás «respete los compromisos«, según Biden.
El presidente francés, Emmanuel Macron, urgió el martes a Hamás aceptar la propuesta de Biden, según el Elíseo.
Por su parte, Catar dijo esperar «una posición clara» de Israel, que pareció distanciarse del plan.
El gabinete de guerra israelí se reunió la noche del martes para discutir los últimos hechos en la guerra en Gaza, poco después de que los dos partidos ultraortodoxos del gobierno de Benjamin Netanyahu anunciaran su apoyo a la propuesta dada a conocer por Biden.
«Fracaso»
Según la televisión pública israelí Kan, el gabinete decidió pedir a Estados Unidos garantías para continuar la guerra contra Hamás en caso de que el movimiento islamista palestino violara el acuerdo.
Las demandas contradictorias de los dos bandos dejan poca esperanza de ver la concreción del plan.
Hamás insiste en un «alto el fuego permanente» mientras Israel quiere «destruir» el movimiento islamista, responsable del ataque sin precedentes del 7 de octubre en suelo israelí.
Ese ataque causó la muerte de 1.194 personas en Israel, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales israelíes.
Ese mismo día, 251 personas fueron tomadas como rehenes en Gaza, de las cuales 120 continúan detenidas y 41 estarían muertas, según el ejército israelí.
En represalia, Israel lanzó una ofensiva en la Franja de Gaza que ha dejado 36.550 muertos, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud de Gaza, territorio gobernado por Hamás.
A casi un mes del inicio de la ofensiva terrestre sobre la ciudad sureña de Rafah, que Israel presentó como la etapa final de la guerra, los combates continuaron el martes con nuevos bombardeos mortales en la Ciudad de Gaza (norte) y Bureij (centro).
Michael Milshtein, especialista en asuntos palestinos de la Universidad de Tel Aviv, señaló que la reanudación de los combates en el norte y centro del territorio, que el ejército había afirmado controlar, es prueba del «fracaso» de la estrategia israelí.
«Beber aguas residuales»
Agravando la crisis humanitaria en el territorio palestino, la ofensiva contra Rafah provocó el cierre del paso a Egipto, clave para la entrada de ayuda humanitaria.
La organización Oxfam denunció el martes las condiciones sanitarias «deplorables» en la zona de Al Mawasi, cerca de Jan Yunis, donde se refugian cientos de miles de palestinos que cuentan con un inodoro para cada 4.000 personas.
Mientras «1,7 millones de habitantes se concentran en menos de un quinto de la Franja de Gaza«, los bombardeos israelíes y los bloqueos «hacen prácticamente imposible» el acceso a los civiles «atrapados y hambrientos«, según Oxfam.
Los habitantes de Gaza se han visto obligados a «beber aguas residuales» y comer alimentos para animales, denunció el martes la responsable regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El Cogat, organismo israelí encargado de asuntos civiles en los territorios palestinos, dijo el martes que la terminal israelí de Kerem Shalom estaba a «capacidad plena» con «el contenido de más de 1.000 camiones de ayuda» que aguarda ser entregada por la ONU.
Pero el jefe de operaciones humanitarias de la ONU, Martin Griffiths, advirtió que es «casi imposible» entregar la ayuda a la población al interior de la Franja de Gaza.
«No estamos ni cerca del nivel en que deberíamos estar. Necesitamos que todos los puntos de ingreso estén abiertos. Necesitamos un acceso seguro y sin trabas», insistió Griffiths en la red social X.
Por: Agencia