lunes, diciembre 29

Jaime Briceño camina descalzo hasta Isnotú para cumplir promesa a JGH por sanar a su hijo

Llegó el día de cumplir. Siempre es importante realizar lo prometido y eso le ocurrió a Jaime Briceño este 19 de octubre. La elevación a los altares de la santidad del doctor José Gregorio Hernández lo llevó a caminar por más de dos horas y media descalzo desde su casa en la población de Betijoque hasta la de Isnotú.

Son dos poblaciones que pertenecen al municipio Rafael Rangel del estado Trujillo. En ambos se vive con la misma intensidad el fervor y la fe por el Santo local.

Briceño había hecho la promesa cuando supo que su hijo había nacido con un soplo en el corazón. La afectación cardíaca de su pequeño lo llevó a implorarle a José Gregorio Hernández una sanación y sus ruegos fueron escuchados.

Su hijo, ahora de 17 años, no presenta la situación en su corazón, sin operación ni tratamiento, el soplo desapareció por un milagro que atribuye al llamado cariñosamente Médico de los pobres.

Por eso hizo la promesa que cuando José Gregorio fuese canonizado caminaría sin calzado desde su casa en Betijoque, capital del municipio Rafael Rangel, ubicado a unos 574 metros sobre el nivel del mar, hasta Isnotú que está a tan solo seis kilómetros y a unos 741 metros sobre el nivel del mar, por lo que la caminata se hace un poco más fuerte por la pendiente que debe superar.

Fueron dos horas y media que duró su marcha durante la madrugada de este domingo, la cual hizo con mucha fe y oración, hasta llegar al altar del Santuario del Niño Jesús donde está el complejo religioso dedicado al celestial trujillano.

Allí estaba, con los pies un poco estropeados, pero con la alegría de haber recibido la gracia para su hijo y la satisfacción que le había cumplido su humilde promesa cargada con su sacrificio corporal.

Por: Edgar Bolívar / Fotos. Lizaura Noriega