martes, noviembre 5

Israel teme que la inestabilidad en Líbano aboque a otra guerra con Hizbulá

La grave crisis política y económica que azota el Líbano avivó la inestabilidad en la frontera con Israel, que teme que la situación aboque a otra guerra con la milicia chií Hizbulá que controla esa zona, donde también están ganando fuerza facciones palestinas armadas.

«Hizbulá continúa afianzándose aquí en la frontera y acumulando fuerzas, principalmente con la unidad Radwan, su fuerza de élite, que se está preparando para infiltrarse en Israel con el objetivo de matar a civiles», afirmó a Efe el portavoz del Ejército israelí, el teniente coronel Amnon Shefler, desde las Granjas de Sheba, un área históricamente disputada por Líbano y Siria en los Altos de Golán, ocupados por Israel en 1967 y anexionados en 1981, reseñó EFE.

Desde el Ejército alertan de que la grave crisis en Líbano, al borde del colapso y sin un gobierno estable, está dando alas a la milicia chií, cuya influencia va en aumento no solo en su feudo tradicional, en la frontera sur con Israel, sino también por todo el este en la porosa frontera con Siria, por donde estarían entrando armas procedentes de Irán, aliado de Hizbulá y principal enemigo de Israel.

«Están construyendo un arsenal masivo de cohetes. Hizbulá cuenta con 140.000 cohetes dirigidos hacia poblaciones civiles de Israel», señaló Shefler, cuando en la última guerra que libraron en 2006, que se prolongó durante un mes, la milicia tenía unos 10.000 cohetes.

Son cohetes «más precisos, más sofisticados y de mayor alcance», asegura el Ejército, como demostraron los 19 lanzados el pasado 6 de agosto por Hizbulá, de los que seis cayeron cerca de poblaciones del norte de Israel, donde viven unos 220.000 civiles israelíes a lo largo de la frontera, 120.000 a menos de 4 kilómetros del Líbano.

Era la primera vez que Hizbulá lanzaba una ofensiva de esa magnitud desde la guerra de 2006, que respondía al bombardeo aéreo la víspera de la aviación israelí en suelo libanés, el primero también en estos quince años.

El ataque aéreo fue, a su vez, una represalia al goteo de cohetes que Israel había recibido en cinco ocasiones desde el Líbano en los últimos cuatro meses, que comenzaron en paralelo a la escalada del pasado mayo en Gaza con el movimiento islamista Hamás, y están atribuidos a facciones palestinas armadas asentadas en el sur del país árabe.

Esos grupos lanzaron el pasado 4 de agosto tres cohetes y uno de ellos cayó a tan solo 200 metros de un centro comercial de la ciudad de Kiryat Shmona. «¿Qué hubiera pasado si hubiera impactado en el centro comercial, donde había cientos de civiles israelíes? Hubiéramos tenido que atacar, estaríamos a las puertas de una guerra», afirmó a Efe un oficial castrense.

«Son un viejo nuevo fenómeno» resumió el oficial para referirse a estos grupos palestinos, que tienen presencia en Líbano desde la década de los años setenta, pero ahora «están levantado la cabeza» en lo que para Israel es una nueva amenaza cuya magnitud es pronto para valorar.

Por Agencia