martes, diciembre 9

Isco y el Betis frenaron al Real Madrid con pizarra de 2-1

Isco Alarcón en su pura esencia. La magia de ese jugador que asombró en el Real Madrid antes de que su estrella se apagase, renacido y sintiendo el total liderazgo de un Betis que alimenta su candidatura europea, provocó el paso atrás del equipo de Carlo Ancelotti en la pelea por el título de LaLiga EA Sports, remontado en el Benito Villamarín (2-1) en un día de apagón ofensivo de sus estrellas.

Hubo tiempo para todo en un duelo trepidante, de esos en los que ya se siente la trascendencia del resultado cuando los equipos se adentran en momentos claves de la temporada. Con el Betis impulsado por una racha con tan buenas sensaciones que invitó a Manuel Pellegrini a repetir equipo y a meter un ritmo alto de partido ante un Real Madrid cargado de compromisos que encajó su cuarta derrota liguera del curso, publica Mundo UR.

 

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Obliga a Carlo Ancelotti a meter rotaciones, condicionado en el Benito Villamarín por las bajas de trascendencia de Fede Valverde y Jude Bellingham, los dos jugadores que más kilómetros recorren en labores defensivas en cada partido, más Dani Ceballos, con quien encontró el sentido al juego.

Isco Alarcón en su pura esencia. La magia de ese jugador que asombró en el Real Madrid antes de que su estrella se apagase, renacido y sintiendo el total liderazgo de un Betis que alimenta su candidatura europea, provocó el paso atrás del equipo de Carlo Ancelotti en la pelea por el título de LaLiga EA Sports, remontado en el Benito Villamarín (2-1) en un día de apagón ofensivo de sus estrellas.

Hubo tiempo para todo en un duelo trepidante, de esos en los que ya se siente la trascendencia del resultado cuando los equipos se adentran en momentos claves de la temporada. Con el Betis impulsado por una racha con tan buenas sensaciones que invitó a Manuel Pellegrini a repetir equipo y a meter un ritmo alto de partido ante un Real Madrid cargado de compromisos que encajó su cuarta derrota liguera del curso.

Obliga a Carlo Ancelotti a meter rotaciones, condicionado en el Benito Villamarín por las bajas de trascendencia de Fede Valverde y Jude Bellingham, los dos jugadores que más kilómetros recorren en labores defensivas en cada partido, más Dani Ceballos, con quien encontró el sentido al juego.

Un error previsible por la pérdida de centímetros del Real Madrid sin Valverde ni Bellingham, que se agravó por la desatención en la marca para enfado de Ancelotti. Arreciaba la lluvia en Sevilla y nada frenaba el influjo de Isco. El dueño del partido. Reactivó a Antony, que cerró el primer acto con un zurdazo lejos del marcaje de Mendy en banda, apareciendo por el centro, antes de una de las paradas de LaLiga. Con el césped húmedo que aumentó la velocidad del balón en el bote del testarazo, de nuevo de Johnny, que desvió Tchouaméni y obligó a Courtois a lucir reflejos.

Ya sabía el Real Madrid que para ganar debía igualar la intensidad del Betis, a tres días del duelo de ‘Champions’ ante el Atlético de Madrid, y poner freno al liderazgo de Isco. A nadie en el conjunto madridista le podía sorprender la calidad de un futbolista que lo ganó todo de blanco, pero sí el físico. Un jugador renacido que ha rescatado el mejor de sus niveles, con mucho que decir a su ex equipo.

Todo nacía de sus botas, dando sentido a cada ataque, viendo espacios para lanzar pases precisos cuando el equipo de Ancelotti buscó el triunfo. En la reanudación había amenazado con velocidad cuando tras un disparo rechazado de Cardoso, Mbappé y Vini encontraron un dos para dos que salvó al límite del abismo Bartra. Se lanzó ante la bicicleta de Kylian y salió ganador.

Una acción que, sumada a dos malos controles, terminaron de desconectar a Mbappé en un mal día ofensivo del Real Madrid, nacido desde la imprecisión con balón. Numerosas perdidas que le impidieron tener continuidad. En contraste con la luz que aportaba Isco al fútbol del Betis. A quien salió a buscar perdiendo su zona Alaba, apuesta de Ancelotti por delante de Raúl Asencio, que dejó desguarnecida la defensa y un espacio por donde apareció Jesús para amagar a Mendy en carrera antes de ser derribado por detrás por Rüdiger cuando encaraba a Courtois.

En segundos, el equipo de Ancelotti pasaba de la esperanza en la primera aparición con peligro de Vinícius, que se topó con Adrián cuando buscaba el remate de Mbappé así como Brahim con un salvador Bartra que taponó su disparo, a sentir el paso atrás en el pulso por el título. Isco no perdonó su momento con el lanzamiento que adivinó Courtois pero le sirvió de poco.

La remontada bética estaba consumada y el Real Madrid estaba descosido. Cualquier pérdida la pagaba cara. Alaba demostraba que aún no está para duelos de grandeza, castigado con tarjeta cuando cortó un contragolpe de Antony, imaginado como no por la imaginación de Isco, y sustituido a la hora de partido por Ancelotti.

Lejos de sentir agobios, el Betis pudo aumentar su distancia y sentenciar el partido. De nuevo castigando por alto cuando Bartra perdonó de cabeza, acariciando el poste el Cucho con un disparo cruzado. El dominio improductivo del Real Madrid, más por orgullo que fútbol, nunca le acercó al empate. Acciones individuales de Rodrygo sin remate, un disparo centrado lejano de Vinícius, perdido en batallas en los últimos compases, y dos intentos sin acierto de zurda de Endrick. El Barcelona tiene en su mano asestar un golpe a LaLiga.

Por: Agencias / Foto: Cortesía