jueves, noviembre 21

Insalubridad del agua del Sena pone en jaque el desarrollo de las pruebas olímpicas

La insalubridad del agua del río Sena, cuyo nivel de contaminación todavía supera lo fijado en las normas internacionales para una competición olímpica, preocupa a las delegaciones deportivas al no garantizar las condiciones para el desarrollo de las pruebas en París este verano.

A tan solo cincuenta días del debut de la cita olímpica que acogerá París, el equipo francés de natación ha vuelto a cancelar este viernes uno de sus entrenamientos en aguas abiertas previsto para el próximo lunes, informó Radio France, reseñó EFE.

Los motivos que han empujado a la cancelación son las fuertes corrientes y, en especial, el deterioro de la calidad del agua debido a las copiosas lluvias registradas en mayo.

“El Sena no está hecho para nadar“, declaró a principios de marzo la campeona olímpica en aguas abiertas, Ana Marcela Cunha. Bañarse en el río estuvo autorizado puntualmente a lo largo del siglo XX.

Las palabras de Cunha las respaldan datos como los proporcionados por la ONG Surfrider Foundation, que lleva a cabo mediciones de la contaminación del agua fluvial y en abril reveló que, para la bacteria Escherichia coli, la concentración era de 2.000 unidades formadoras de colonia (UFC) por cada cien mililitros de agua y de 500 por cada 100 mililitros para los Enterococos.

Los máximos aceptables en las normas internacionales de competición olímpica son de 1.000 para la Escherichia coli y 500 para los Enterococos.

Esta situación no es nueva para la capital francesa, ya que se tuvo que cancelar el pasado verano la Copa del Mundo de natación y adaptar las pruebas en los relevos mixtos de paratriatlón y triatlón que de esa forma quedaron reducidos a un ‘duatlón’.

La suma de contratiempos pone en peligro la celebración de las pruebas de triatlón y natación de estilo libre en el Sena, uno de los mayores desafíos de estos Juegos y sobre el que los organizadores estaban confiados hace tan solo un mes tras la instalación de un colector gigante de 50.000 metros cúbicos en Austerlitz.

Esa obra costó 100 millones de euros y tiene por objetivo que el Sena sea apto para el baño a partir de julio al canalizar la saturación de las alcantarillas en caso de lluvias importantes para que no acabe en el río sin pasar por la depuradora.

Ante la falta de garantías, los responsables del equipo francés buscan ahora una nueva fecha de entrenamiento con la que recrear las condiciones típicas de un río para la competición.

Pendiente queda también de las condiciones sanitarias el baño que prometieron que se darían para demostrar la salubridad del agua el presidente francés, Emmanuel Macron, y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, el próximo 23 de junio.

 

Por Agencia