
El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro, inhabilitado políticamente y enjuiciado en un proceso por intento de golpe de Estado que le puede costar 40 años de cárcel, pidió «justicia» este domingo ante miles de simpatizantes en São Paulo, en una protesta con muchos menos seguidores que en dos actos similares este mismo año.
El líder de la ultraderecha en Brasil aprovechó el acto para negar que hubiese planeado un golpe, para atacar a la Corte Suprema por querer «no solo encarcelarme sino eliminarme» y para defender una amnistía para los condenados por los actos golpistas del 8 de enero de 2023, cuando miles de sus seguidores asaltaron las sedes de la Presidencia, el Congreso y el Supremo.
«Si fuese un intento de golpe, ustedes no estarían aquí. Lo que queremos es justicia, pacificación y el bien de nuestro país», afirmó el capitán de la reserva del Ejército al aclarar que tal «pacificación» pasa por una amnistía.
Bolsonaro afirmó que los ataques vandálicos del 8 de enero fueron «organizados por la izquierda» y que el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva escondió las imágenes de cientos de cámaras que registraron lo ocurrido.
«No incautaron ningún arma ese día. ¿Qué intentona es esa sin armas, con ancianos, mujeres y madres cargando banderas y biblias? Un golpe se da con las Fuerzas Armadas y con armas», dijo el exmandatario en su discurso en la Avenida Paulista, la principal vía de la mayor ciudad brasileña, ante unos 12.400 seguidores, según una herramienta de medición de la Universidad de São Paulo (USP), informa EFE.
Por: Agencias / Foto: Cortesía

