La familia real británica desempeña un «papel global» que justifica el hecho de que su tamaño sea «mucho mayor» que el de otras monarquías europeas, según destacó este martes en Londres el experto en gobierno y constitución Robert Hazell.
En una conferencia organizada por el centro de estudios «Reino Unido en una Europa cambiante» para presentar un informe sobre la monarquía británica, Hazell justificó el «gran tamaño» de la familia real británica, en la actualidad compuesta por 11 miembros que trabajan activamente, respaldados por fondos públicos.
El profesor de gobierno y constitución del ‘think tank’ «Unidad de Constitución» de la University College London destacó que «la gran diferencia» entre esta institución y el resto de (otras 7) monarquías en Europa continental es que «el Reino Unido es mucho mayor en cuanto a población -con casi 69 millones de habitantes- que la mayoría de los otros países».
Además de su mayor tamaño, Hazell agrega que la monarquía británica «desempeña un papel global, ya que el rey Carlos III es ahora cabeza de Estado de otros 14 países por todo el mundo -es rey de Canadá, de Australia, de Jamaica, de lugares del Pacífico como las Islas Solomon etc- con lo que cuenta con un alcance global que no tienen las otras monarquías».
Carlos III es también cabeza de la Commonwealth -Mancomunidad de Naciones- formada hoy por 56 países miembros, detalla EFE.
Según esto, el Reino Unido «precisa una monarquía mayor para servir a una población mucho mayor» que el resto de coronas.
El informe indica que el deseo de Carlos III es simplificar y reducir con el tiempo la institución y hacerla menos internacional, con menos miembros en activo, algo que Hazell anticipa se cumplirá de manera natural pues algunos de esos integrantes son ya de edad avanzada.
En su intervención, Catherine Barnard, profesora de Derecho Comunitario y Legislación de Empleo en el Trinity College de la Universidad de Cambrige, abordó hoy el papel constitucional de la Monarquía, que resumió con un solo adjetivo: «Complicado».
«Somos una democracia y resulta bastante raro tener un monarca que aún conserva bastante poder remanente», observó, al explicar que esas prerrogativas son, por ejemplo, «disolver el Parlamento, declarar la guerra, tener la última palabra sobre proyectos de Ley antes de que se conviertan en legislación y concluir Tratados».
Todo ello plantea la pregunta de cómo encaja esto con una democracia. Y la respuesta -indica- es que hoy «la mayoría de estos poderes han sido tomados por el Gobierno y el monarca solo actúa en base al asesoramiento del Ejecutivo».
Según la experta, existe «otro papel menos transparente de la monarquía» en alusión a las reuniones semanales confidenciales que mantiene el rey con el primer ministro «y que son bastante útiles».
La profesora cree asimismo que «una de las justificaciones de la monarquía es crear espacio en la vida pública más allá del día a día de la política».
Barnard concluye que en este país «existe un papel para el monarca como cabeza de nación, un papel para que el monarca aúne a las cuatro naciones, un papel para que el monarca permanezca por encima de las diferentes ramas del Gobierno» al tiempo que, agregó, «también empezamos a ver la debilidad de nuestra constitución no escrita con las dificultades cuando las cosas van mal».
Por: Agencias / Foto: Archivo