Novak Djokovic recibió el viernes un homenaje en un pequeño centro turístico en la costa de mar Adriático en Montenegro al resurgir nuevos cuestionamientos sobre la prueba que dio positivo en COVID-19 y que usó para tratar de competir en el Abierto de Australia.
La BBC informó el viernes de discrepancias en los números seriales de las pruebas que las autoridades serbias le tomaron a Djokovic en los días previos a su viaje a Australia, lo que genera suspicacia de posibles irregularidades sobre cómo se realizaron.
Los encargados de prensa de Djokovic y el Instituto de Salud Pública de Serbia no respondieron de inmediato a consultas de The Associated Press. Funcionarios sanitarios de alto rango en Serbia habían dicho previamente que la prueba de Djokovic era válida y que fue realizada por una institución autorizada.
Djokovic fue deportado de Australia y no pudo competir en el Abierto de Australia tras una saga de 11 días que culminó en la víspera del comienzo del torneo de Grand Slam. El número uno del tenis masculino tuvo que salir del país al no cumplir con el requisito de vacunarse contra el COVID-19, dispuesto por el gobierno de Australia.
Para ingresar a Australia, Djokovic presentó un resultado positivo de COVID, fechado el 16 de diciembre en Serbia, con el fin de pedir una dispensa para recibir una visa al argumentar que contrajo al virus previo al certamen.
El jugador de 34 años no se ha vacunado y el gobierno de Australia decidió cancelarle la visa y procedió a deportarle al señalar que su presencia en el país podría fomentar una actitud de rechazo a las vacunas entre la población.
Djokovic ha dicho que no se pronunciará públicamente hasta que culmine el Abierto de Australia.
El viernes, centenares de personas aplaudieron a Djokovic afuera del ayuntamiento en Budva, en la costa de Montenegro, cuando llegó para recibir una placa declarándole ciudadano honorario de la ciudad.
Marko Carevic, el alcalde de Budva, también le entregó a Djokovic una imagen de la iglesia cristiana ortodoxa y le dio las gracias por ayudar a “preservar al pueblo serbio y la iglesia serbia en Montenegro”.
Djokovic es muy querido en su natal Serbia y por los serbios que residen en la vecina Montenegro, pequeña nación de 620.000 habitantes. Desde que regresó a Serbia, Djokovic ha sido visto visitando iglesias y acudiendo a misas tanto en Serbia como en Montenegro.
Un video difundido en redes sociales mostró a un Djokovic sin mascarilla recibiendo la comunión por parte del patriarca serbio Porfirije en un día feriado religioso, usando la misma cuchara que otros fieles en una iglesia de Belgrado.
Por: Agencia