El 19 de marzo, el Hogar San José de la Montaña cumplió 100 años dando vida en Maracaibo, albergando y dando amor a los más necesitados, siendo una de las obras sociales más importante de uno de los sacerdotes más insigne del Zulia, Monseñor Olegario Villalobos, quien junto a las Hermanitas Pobres de Maiquetía, abrieron las puertas de este recinto el 19 de Marzo de 1921, con el fin de acoger y atender a las personas de la tercera edad de esta ciudad. Su sede actual fue construida por José Belloso en 1938.
Es importante resaltar que la conmemoración de esta centenaria labor en tierra zuliana, coincide con la proclamación del Año Jubilar en honor a San José, declarado por el Papa Francisco y el Centésimo Quincuagésimo Aniversario de su declaración como Patrono de la Iglesia Universal, por ser un “signo de humanidad y de obediencia a Dios” según lo expresado por el Sumo Pontífice.
En representación de Monseñor José Luis Azuaje Ayala, Arzobispo de la Arquidiócesis de Maracaibo y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, el presbítero Miguel Antonio Ospino, Vicario para la Vida Consagrada de la entidad, expresó que la superioridad de la Iglesia local se llena de gran alegría por contar con una institución de caridad de ese “calibre” que ha atendido durante cien años a tantos abuelos en la región.
De la misma forma, resaltó la presencia muy especial de las Hermanitas de los Pobres de Maiquetía, quienes llevan un siglo de trabajo lleno de amor, y la obra de San José, un “Patrono eximio, extraordinario, digno de esa casa que se convierte en un manantial de caridad”.
El equipo actual de la Congregación Hermanitas de los Pobres de Maiquetía que se encuentran atendiendo en el Hogar; está formado por la Hermana Superiora Marina Colmenares y las religiosas: Hugolina Medina, Rosa Vidal y Johalid López.
Para Colmenares “es una gran bendición para nuestra casa, la cual creemos venida del mismo Dios, que nos ha dado este año para unirnos y resaltar más la vida y devoción a nuestro querido Patrono San José”.
La Religiosa destacó que en la actualidad “esta casa alberga a 35 adultos y adultas mayores, algunos de los cuales tienen familiares y otros han sido abandonados en nuestras puertas. Gracias a Dios siempre tenemos el apoyo de seres especiales, llenos de una espiritualidad y misericordia que nos aportan y nos ayudan en situaciones difíciles”.
Acotó que siempre llegan personas de buen corazón que simplemente quieren dar y dar amor a los ancianos, pero previo a la pandemia causada por el COVID-19, recibían todas las semanas a voluntarios, representantes de fundaciones, organizaciones religiosas y pasantes que ayudaban en la parte del trabajo social y las actividades recreativas para los abuelos, pero desde hace un año, por medidas de bioseguridad y protección.
Adicionalmente expresó que desde su fundación, su objetivo ha sido atender a los ancianos pobres, y en la actualidad esto ha cobrado aún más sentido, porque la vida de muchos está siendo afectada por el abandono de sus familiares, ya sea porque se han ido de Venezuela o porque no tienen los recursos o el tiempo para atenderlos. “La diáspora de muchas familias ha dejado sólo al sector de la tercera edad”, sentenció la Hermana Colmenares.
En el hogar residen abuelos y abuelas que llevan toda su allí y manifiestan con regocijo la vida familiar y el amor que reciben. Algunos son muy activos y participan de las organizaciones de eventos, reciben con mucho cariño a los visitantes y colabores, como es el caso de la señora Teresita, quien luego de ser jubilada de las antiguas tiendas Fin de Siglo, decidió terminar sus días en este hogar. Para ella, sus días están llenos de gloria porque está al servicio de una institución que le ha brindado techo, comida y familiar.
A lo largo de su historia esta casa de adultos mayores ha pasado por varios proyectos de remodelación y ampliación donde se han sumado muchas empresas de los sectores público y privado de la región, además de la sociedad civil zuliana, dejando huellas perdurables en este recinto.
Un ejemplo de esto, es la hermosa capilla que se encuentra situada en el centro de la edificación, la cual está revestida de coloridos vitrales en sus ventanales que dejan colar la luz del sol de cada amanecer e iluminan el interior del templo, que dan vida a sus imágenes religiosas, con el Cristo Vivo al frente que bendice y protege a todos los abuelos que allí residen, como lo deseó su fundador y visionario, Monseñor Olegario Villalobos, cuyos restos reposan en ese templo.
Programación Centenaria
Para festejar el Centenario del Hogar San José se tiene prevista la celebración de la Eucaristía en Acción de Gracias a Dios y a San José.
Un almuerzo especial para los adultos mayores y el personal administrativo, en reconocimiento por la ayuda sacrificada que estos entregan para el buen funcionamiento.
En horas de la tarde estarán entregando -junto al personal- bolsas de comida y medicamentos recolectados entre los amigos del hogar, personas de corazón generoso que han traído ”un kilogramo de amor para nuestros hermanos más necesitados”.
Por Nota de Prensa