Enjuiciada en Londres por una manifestación climática que interrumpió una conferencia organizada en octubre por la industria de los hidrocarburos en la capital británica, la militante ecologista sueca Greta Thunberg se declaró inocente el miércoles de delitos contra el orden público.
A su llegada al Westminster Magistrates Court, la activista de 20 años, icono mundial en la lucha por la defensa del medioambiente, parecía relajada, bromeando con los demás acusados, mientras esperaba que comenzara la audiencia.
Thunberg y el resto de procesados ecologistas que comparecían este miércoles fueron recibidos por militantes de Greenpeace y Fossil Free London, convocantes de la manifestación de hace un mes, portando carteles que decían «Hagan pagar a los que contaminan«.
La activista sólo habló para confirmar su identidad e indicar que se declaraba inocente, al igual que otros cuatro acusados que testificaron junto a ella, tras lo cual fueron liberados, en espera de un juicio de dos días en Londres, que comenzará el 1 de febrero.
Un total de 26 personas, entre ellas Thunberg, que fueron detenidas en aquella manifestación del 17 de octubre en la capital británica, están siendo procesadas, compareciendo doce de ellas este miércoles.
Alterar el orden público
Thunberg y sus compañeros fueron acusados de alterar el orden público tras protestar frente al Energy Intelligence Forum, una conferencia que reunió a las principales empresas de petróleo y gas en un hotel de lujo de la capital británica.
«Detrás de estas puertas cerradas (…) políticos sin escrúpulos hacen acuerdos y pactos con lobistas del destructivo sector de los combustibles fósiles«, dijo aquel día Greta Thunberg a la prensa, antes de ser detenida e introducida en una furgoneta policial.
Después fue liberada bajo supervisión judicial y al día siguiente participó en una nueva manifestación frente al mismo hotel de cinco estrellas con cientos de personas más.
Ese día, los activistas recibieron a los participantes en la conferencia con gritos de «¡qué vergüenza!» y con carteles que decían «Stop Rosebank«, o «Rosebank nos matará«, en referencia a un controvertido yacimiento petrolífero en el mar del Norte, cuya explotación fue autorizada por Londres en septiembre.
El gobierno británico anunció recientemente la concesión de una gran cantidad de nuevos permisos de exploración de petróleo y gas, para que el país tenga independencia energética, que el ejecutivo del primer ministro conservador, Rishi Sunak, ha convertido en una de sus prioridades.
Hostilidad del gobierno
Estas y otras medidas han despertado la indignación de las organizaciones ecologistas, que han presentado varios recursos legales y han aumentado sus acciones, como el movimiento Just Stop Oil, cuyos militantes organizan marchas pacíficas todos los días de noviembre en el centro de Londres.
Estos activistas se enfrentan a la hostilidad del gobierno conservador británico, que endureció la legislación para impedir sus acciones.
Greta Thunberg se prodiga en este tipo de acciones de bloqueo. A principios de octubre, pocos días antes de su detención en Londres, recibió una multa por parte de las autoridades suecas por un incidente parecido en Malmö.
Y en enero, la policía la sacó a la fuerza de una manifestación contra el uso del carbón en Alemania.
La militante sueca fue interrumpida ese día por un hombre que intentó arrebatarle el micrófono, reprochándole que había venido a una manifestación ecológica y no política.
Por: Agencia