
Un grupo de niños, niñas y jóvenes amantes del baile se integran con entusiasmo a su preparación en el mundo de la danza cada martes, miércoles y viernes. Ellos en su mayoría pertenecen a la comunidad de La Paz, en la parroquia Cecilio Acosta de Maracaibo,donde son dirigidos por el profesor Darwin Vílchez, quien creó la Fundación Renacer Cultural Marabino hace 14 años.
La organización, sin fines de lucro, ha pasado por altos y bajos en los últimos años, por momentos personales y sociales, pero mantiene su fuerza creativa y emocional al saber que están aportando a la comunidad valores arraigados al quehacer cultural venezolano ya que el objetivo primordial es fomentar la danza nacionalista y la tradicional.
Vílchez encuentra en la danza un modo de vivir plenamente las emociones que da la expresión corporal y los mensajes que ofrece a quien la observa. Ante este reto tiene la meta de enlazar las clases de baile con la formación teatral, debido a que considera que están unidas.

Por los momentos los niñas, niños y jóvenes, a quienes entrega sus conocimientos en este arte, han tomado conciencia de lo que significa el baile y su transformación en sus vidas.
Para el profesor de danza la sociedad en general necesita valorar más lo que es una formación de este tipo y los beneficios que deja para todos. Reflexiona sobre este aspecto ya que en su experiencia nota que muchas personas no lo consideran esencial y no hay la valoración en cuanto al esfuerzo, preparación y entrega que tienen los ejecutantes cuando logran cumplir con una presentación.
Trabajo y más trabajo
La academia de danza comenzó con seis participantes, recuerda Vílchez, y llegó a crecer hasta los 43 bailarines. Actualmente están en formación 30 participantes, quienes asisten a sus clases los días martes, miércoles y viernes desde las 4.00 pm hasta las 600 p.m un primer grupo y luego inicia otro grupo de 6.00 hasta las 8.00 pm.
En su momento de esplendor, la fundación logró establecer tres escuelas satélites en la misma parroquia, pero por razones ajenas y propias se diluyeron en el tiempo.
Dice Vilchez que «aceptamos niños desde los 4 años de edad y no hay límites de edad para sumarse a la formación, No hay límite de edad a la hora de querer bailar«, expresa con entusiasmo el director de la Fundación.

El manejo de la misma es compartido con Yonathan Romero, quien es el coreógrafo; Miguel González coordinador; Rihanna Charles, asistente artístico y Darling Flores, quien es la directora del grupo de padres y representantes.
Entre todos suman para llevar a delante las riendas de la Fundación que espera cristalizar el sueño de una sede permanente donde haya áreas para impartir clases teóricas, una de ensayos, otra para clases de teatro y dormitorios o camerinos, ya que la idea es que vengan profesores de otras partes a compartir conocimientos.
Hoy están utilizando los espacios de la Casa Cultural y Comunal Manos de Dios, conocida como «Dios con Nosotros«, ubicada en la calle 96F con avenida 57, justo en la calle que divida la urbanización La Paz con el sector del mismo nombre.
Allí fue el relanzamiento de la fundación hace dos años, gracias al apoyo dado por la comunidad para que se instalara y pudiera realizar su trabajo.

Por ser un ente sin fines de lucro las inscripciones tienen un valor de 5 dólares y la mensualidad es del mismo valor solo las niñas, mientras que los varones están exonerados y en compensación a la formación se dedican a la labor de la confección, corte y costura de los trajes que utilizan.
Refiere Vílchez que crear los trajes es lo más costoso que puede asumir una Academia de baile porque se requiere de mucha tela para los bailarines. Un set de vestimenta para unos 12 cambios de vestuario tiene un costo de unos 250 dólares.

Agradece la colaboración de los padres y representantes en este sentido, pero indica que a la par la Academia ofrece la preparación de bailes de 15 años como forma alternativa de obtener ingresos, con bailes urbanos.
«El paquete que se ofrece en un baile de 15 años permite cubrir los costos de la confección del vestuario para ese momento», expresa el profesor. Estos trajes quedan en el stock permanente de la Academia para sus presentaciones.
Igualmente, siempre están disponibles para participar en eventos públicos o dónde sean requeridos ya que su pasión de vida es mostrar su arte en cualquier escenario, donde la única exigencia es que se colabore con el transporte de los bailarines.
Así lo han hecho dos escuelas de la zona que siempre le solicitan hacer montajes para fechas muy especiales y a quienes agradece tomarlo en cuenta.

Expresa que los trajes son hechos en su vivienda donde tiene una fileteadora, una máquina de coser y una mesa de corte. Las herramientas han sido obtenidas por cogestión con las actividades que realizan como verbenas, rifas y la preparación de bailes de 15 años.
También se ha comprado una corneta para los ensayos, con aportes propios.
Sembrar valores por el país
Vílchez inició su andar por el camino de la danza casi de manera casual.
Expone que se integró a Danzas Cantaclaro cuando «Petra«, la costurera de la agrupación, lo invita a participar en el grupo.
Sus inicios tardíos, a los 25 años de edad, le exigieron en lo personal a redoblar la formación y la práctica y logró los objeticos, permitiéndole ser parte del grupo principal que lo llevó a presentaciones en escenarios de Europa, Latinoamérica y muchas poblaciones de Venezuela.

Hoy su experiencia la ha entregado a decenas de participantes de la Academia Renacer Cultural Marabino que inició en el conocido «callejón de los Guajiros» y que le permitió dar forma a su eslogan «del callejón de los guajiros para el mundo«.
La frase toma vigencia al ver que algunos de los danzantes están fuera el país desarrollando el baile como forma de vida y eso lo llena de orgullo observar el triunfo de esos jóvenes, expresa durante la entrevista con Foco Informativo.
Cosas por hacer
El máximo sueño, reitera Vílchez, es consolidar una sede permanente para la Fundación.
Ofrece los terrenos de su casa para lograr el proyecto que alguna vez fue aprobado y tiene planos y todo de lo que sería, pero los recursos nunca llegaron.
En los actuales momentos tiene lazos profesionales y de amistad con el profesor José Bermúdez, quien trabaja en el ejecutivo regional, para afianzar el trabajo en el circuito cultural del Zulia, y espera entablar sus contactos con la alcaldía para ese mismo objetivo.


En la última consulta popular referida a proyectos de la Juventud, los jóvenes de la fundación trabajaron para armar dos propuestas: la primera se refiere a la constitución de una textilera en el sector que tendría el propósito de ser una fuente de empleo de los muchachos; y el segundo proyecto era el de ofrecer recursos para emprendimientos a miembros juveniles de la comunidad.
La información que maneja Vílchez es que ambos proyectos fueron aprobados por el voto popular el pasado 27 de julio, pero aún no se cristalizan los aportes por lo que teme que los mismos queden en el limbo.
Aquellos interesados en contactar a la Fundación Renacer Cultural Marabino lo pueden hacer al teléfono: 0426-301.07.35.
Por: Edgar Bolívar / Fotos: Cortesia de la Fundación

