El 7 de enero de 2015, dos hermanos franceses de origen argelino, radicalizados, que había prestado juramento de fidelidad a Al Qaeda, penetraron con rifles de asalto en la sede de la revista Charlie Hebdo.
Lograron ingresar a pesar de las medidas de seguridad y llevaron a cabo un ataque en el que fallecieron 8 personas y después otras 4, hasta que la Policía abatió a los hermanos Chérif y Said Kouachi en las afueras de París, rememora la nota de DW.
Años de amenaza islamista
Durante nueve años, desde que Charlie Hebdo publicó caricaturas del profeta Mahoma en 2006, la revista, de tono ácrata, había vivido bajo la amenaza islamista.
En el ataque sin precedentes de 2015, que causó consternación mundial, murieron su emblemático director, el dibujante Charb, así como dos leyendas de la caricatura en Francia, Cabu y Wolinski.
La violencia yihadista iniciada por los hermanos Kouachi provocó otras muertes a lo largo de dos días de terror y persecución policial, entre el 7 y el 9 de enero de 2015.
Una policía y cuatro clientes judíos de un supermercado kosher murieron en otro ataque separado, protagonizado por otro yihadista amigo de los hermanos Kouachi.
Otros ataques
Aunque Francia ya había sufrido atentados yihadistas durante décadas, la tragedia de Charlie Hebdo marcó simbólicamente el inicio de un ciclo especialmente mortífero, con los sangrientos ataques de noviembre de 2015, que causaron 130 muertos en París, principalmente en la sala de fiestas Bataclan.
Desde entonces, ha habido otros ataques esporádicos: en octubre de 2020, un profesor de secundaria que mostró la caricatura de Mahoma de Charlie Hebdo en clase, como parte de un ejercicio sobre la libertad de expresión, fue degollado por un checheno.
Un mes antes, en septiembre de 2020, un hombre de origen pakistaní había atacado con un machete a dos personas ante la antigua sede de la revista, ya que pensó erróneamente que esas personas trabajaban en Charlie Hebdo. La revista sigue publicando decenas de miles de ejemplares semanalmente, aunque su sede es secreta, y sus dibujantes y periodistas viven bajo extraordinarias medidas de seguridad.
Por: Agencia