El presidente de Perú, Pedro Castillo, fue interrogado este martes por la Fiscalía como testigo en el caso de los presuntas interferencias ejercidas sobre los ascensos de las Fuerzas Armadas para promocionar irregularmente a militares de su círculo cercano.
El interrogatorio se llevó a cabo en el Palacio de Gobierno de Lima, en una diligencia que tomó alrededor de cinco horas y que transcurrió de forma privada.
A la conclusión del interrogatorio, el abogado de Castillo, Eduardo Pachas, explicó a los periodistas que el gobernante respondió a más de 40 preguntas, entre ellas dos del procurador general del Estado (Abogacía General del Estado), Daniel Soria, quien también estuvo presente.
Soria, que recientemente denunció al izquierdista Castillo ante la Fiscalía por los presuntos delitos de patrocinio ilegal y tráfico de influencias por otro casto distinto -relativo a la licitación para la construcción de un puente-, se limitó a indicar por su parte que Castillo respondió él mismo a las preguntas y que la diligencia se desarrolló sin trabas.
Los representantes del ministerio público no hicieron declaraciones y la institución solo informó que la declaración fue tomada por el fiscal adjunto supremo Ramiro González en lugar de la Fiscal de la Nación (fiscal general), Zoraida Ávalos, quien no pudo acudir tras haber sido internada en una clínica de Lima por una urgencia médica.
Primer cara a cara
Es la primera vez que Castillo declara como presidente ante un fiscal, quien le interrogó con el objetivo de averiguar el grado de participación que tuvo en las presuntas presiones sobre los ascensos militares que ejercieron el exsecretario de Palacio de Gobierno, Bruno Pacheco, y el exministro de Defensa Walter Ayala.
Las supuestas presiones fueron denunciadas por los excomandantes generales del Ejército, José Vizcarra, y de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), Jorge Chaparro, quienes fueron destituidos sin explicaciones por Castillo tres meses después de haber sido nombrados.
Según los militares, la destitución se debió a que no acataron las peticiones del Ministerio de Defensa y de la secretaría presidencial.
Para sustentar su versión, Vizcarra difundió un chat de mensajería instantánea en el que Castillo le pedía tratar «temas urgentes» con Pacheco y luego él mismo le daba el nombre de Víctor Torres para que ascendiese de comandante a coronel.
Sobre ese chat, Castillo reconoció durante el interrogatorio su autoría y explicó al fiscal «el contexto en el que se dio», donde negó cualquier intención de hacer nombramientos irregulares o de concretar favores, según detalló su abogado.
Pachas reiteró que «el despacho presidencial está dispuesto a dar todas las facilidades a la Fiscalía» y recordó que Castillo ya pidió a la Fiscalía que solicitase el levantamiento del secreto de sus comunicaciones, cuentas bancarias y tributos.
Visita a la Fiscalía
Este interrogatorio a Castillo había sido programado inicialmente para el 14 de diciembre, pero el presidente pidió postergarlo y la Fiscalía lo fijó para el miércoles 29 de diciembre.
Sin embargo, fue el propio presidente quien acudió la pasada semana personalmente hasta la sede de la Fiscalía para conversar con Ávalos y pedirle que adelantase el interrogatorio, debido a que el miércoles tenía actividades que le impedirían atender el requerimiento.
Con esa visita a Ávalos, el presidente quiso escenificar su disposición a colaborar con la Justicia después de que se filtrase a los medios locales un acta de la fiscalía que denunciaba que desde la oficina presidencial se habían puesto trabas a un nuevo registro a las oficinas de la secretaría de Palacio.
Según la filtración, que se produjo horas después del intento de registro, Castillo habría impedido acceder a los fiscales que querían registrar la oficina del secretario por otro caso distinto, referente a presunta corrupción en la licitación de un contrato de adquisición de combustible de la petrolera estatal Petroperú.
Por: Agencia