Si en la Selección Colombia todavía mantienen la ilusión de clasificar al Mundial de Catar 2022, aunque sea por la vía intermedia del repechaje, el técnico de Bolivia, el venezolano César Farías, todavía no cierra las puertas de una muy lejana opción matemática.
Farías, quien ya dirigió a la selección de su país y con ella derrotó a Colombia en la eliminatoria para el Mundial de Brasil 2014, no se resigna y quiere ganar en Barranquilla, para tratar de cerrar bien su paso por el equipo, al que dirige desde 2019. Así analizó el partido que viene, en charla con EL TIEMPO.
Farías habla de la renovada nómina de Bolivia
En esta convocatoria arma un equipo nuevo, con jugadores de 18, 19 años. ¿Qué busca con esa nómina?
Me sorprendo mucho cuando la gente dice eso: es lo que hemos venido utilizando desde que comenzó la eliminatoria. Por muy poca edad que tengan, son los que han venido jugando: Sagredo, Villarroel, Quinteros, Haquín, Carrasco, Roberto Carlos, Pancho González, Ramiro Vaca, Henry Vaca, Víctor Ábrego, Bruno Miranda, John García, Montenegro, todos han estado alternando. Nosotros, como tenemos una plaza de altitud, hemos tenido que rotar mucho, pero son jugadores que ya tienen experiencia, tienen partidos de Copa América. Hay un fuerte lote de la generación que jugó el Preolímpico en Colombia, que tanto agradó y que viene creciendo, que es el presente y el futuro del fútbol boliviano. Ahora, con una mínima posibilidad, quisimos tener una energía fresca: son los dos últimos partidos nuestros, vamos a ir a Barranquilla a jugar, a dar lo mejor, a correr. Estamos a dos resultados de hacer la mejor eliminatoria de Bolivia en este formato.
Bolivia ha sorprendido por la cantidad de goles que ha marcado, más que todos los que aún pelean por clasificar…
Es una selección que superó todas las eliminatorias en goles a favor, hemos tenido una selección ofensiva. Tenemos al goleador de la eliminatoria. Marcelo (Martins) no sólo está suspendido, sino que estaba cambiando de club y tiene a su padre enfermo, pasa unos días difíciles. Como solamente podía jugar el partido de Brasil, está disputando la tabla de goleador, pues vimos su situación familiar y él tomó la decisión de que quiere terminar la eliminatoria, por eso lo llamamos.
Usted ya le sacó resultados a Colombia. ¿Cuál es la motivación para este grupo de jugadores?
Jugar contra Colombia y Brasil siempre será una motivación, con jugadores que están en las principales ligas del mundo, eso ya es una motivación natural. Después, la adrenalina de jugar un partido de eliminatoria, en una plaza dura como Barranquilla. Sabemos que nos vamos a enfrentar a algo muy duro. Después, es una revalidación del trabajo que hemos hecho, mostrando el trabajo que hemos hecho, un equipo ofensivo, con carácter. Si bien Bolivia no ha sido un buen visitante, nosotros tenemos el deseo de ganar un partido afuera. Empatamos dos y ahora tenemos la oportunidad con lo mejor que tenemos nosotros.
A Colombia lo complicaron en Barranquilla los equipos que se le metieron atrás. ¿Qué tipo de partido podemos esperar de Bolivia?
Bolivia no es fuerte en eso. Debemos tener la tenacidad de un propósito y con eso, tratar de jugar, de crecer con el juego, y por eso somos una selección que hoy puede decir que tiene más goles que Colombia, que eso parece una cosa increíble. Cuando usted dice que se van a meter atrás, nosotros no tenemos una buena posibilidad de eso; ahora, si Colombia, con su fútbol y su jerarquía, nos mete atrás, es una situación que provoca el partido, no que nos guste hacerlo. Vamos a intentar jugar porque creemos que podemos y tenemos las características para hacerlo.
César Farías analiza las causas de la falta de gol de Colombia
¿Cómo analiza el momento de Colombia, que hace siete partidos no marca un gol?
La eliminatoria se juega con mucha tensión, mucho estrés. Nosotros lo vivimos contra Chile: pegamos dos palos, el arquero nos sacó dos mano a mano cuando íbamos 1-1, el primer gol fue casi un blooper nuestro. Chile hizo un partido tácticamente mejor que nosotros y, sobre todo, emocionalmente entramos en un desespero que nos hizo daño. Cuando uno analiza a Colombia ve eso, que hay un desespero natural que brinda la competencia. Tampoco es una selección que reciba muchos goles, y sí genera muchas opciones. Cuando uno la ve despojado de fanatismo, se da cuenta de que el factor emocional juega muchísimo en las eliminatorias. Lo de Colombia no tiene otra explicación: en Colombia juega Luis Díaz y está haciendo goles en Inglaterra, tiene siete u ocho atacantes y todos marcan goles. El fútbol también es un estado de ánimo.
¿Qué se puede esperar de su equipo en Barranquilla?
Quiero hacer énfasis en esto. Nosotros podemos jugar bien, mal, regular, empatar, ganar o perder, pero no nos vamos a regalar, como muchos lo podrían pensar: vamos con lo mejor que creemos en este momento y queremos ir a disputar, con jugadores que sepan que vamos a un lugar difícil, que puedan perseguir, correr, y luego poner la pelota en la grama, jugar y atreverse. Muchos de ellos conocen Barranquilla, jugamos un amistoso contra Colombia antes del Preolímpico allá.
¿Por qué Brasil y Argentina tienen tanta diferencia con los demás equipos de Sudamérica?
Depende de la óptica con que lo quiera ver. El premundial siempre ha tenido una disputa de seis, siete seleccionados que disputan del tercero al quinto, peleando. Brasil tiene unos años en los que ha mejorado mucho su campeonato, ha podido exportar una generación de jugadores diferente, lo ha demostrado en la Libertadores y en la Sudamericana. Pero además el tema de hacer sociedades anónimas, haber montado un Mundial, dos copas América, los panamericanos, las olimpiadas, le han permitido tener un desarrollo de estructuras importante y un manejo económico que le ha permitido otra vez que su fútbol se levante. Ahí nos van sacando una diferencia importante. El lote que pelea, son circunstancias deportivas y sociales, de cómo vive el momento cada país, cómo está la convulsión dirigencial, eso se refleja en los seleccionados.
¿La eliminatoria está nivelada por lo bajo o todo está muy igualado?
En la eliminatoria no hay tregua. Cuando yo estaba en Venezuela, tenía que enfrentar a Marcelo Martins y hacerlo en la altura, eso genera una dificultad. Luego le ganamos apretado a Bolivia de local. Luego te tocaba Colombia y tenías a Falcao, a Jackson Martínez, a Teo, y luego venía Chile con Alexis Sánchez, Vargas, el ‘Chupete’ Suazo, después venía Argentina con Higuaín, Messi… No tienes tregua. Ya las localías no son absolutas en Sudamérica, ninguno ganó todos los partidos, ni Brasil. Un día te toca Bielsa, al otro Maturana, Markarián, Reinaldo Rueda, el maestro Tabárez. No tienes paz, vives con mucha intensidad, muchos técnicos de jerarquía. El que juega o dirige en la eliminatoria sudamericana puede hacerlo en cualquier parte del mundo.
¿Qué les faltó para seguir peleando la clasificación?
Nos faltó mejor equilibrio, mejor balance. Pero eso también tiene que ver con todo lo que vivimos acá. Acá nos trajo el señor (César) Salinas, que creía a fe ciega en nosotros, con el que ganamos un título con The Strongest e hicimos una muy buena Copa Libertadores. Luego tuvimos a cuatro presidentes distintos en la Federación, hubo muchas rotaciones, hubo un paro total acá, vino la pandemia, hubo amparos constitucionales contra la Federación, se llevaron a un presidente preso, nos sacaron jugadores de la concentración. Pero nos pudimos reponer porque comenzamos muy mal. Nosotros regalamos tres fechas, en las que no pudimos contar con todos los jugadores, nos salva un empate con Paraguay. Luego comenzaron los jugadores bolivianos en la Libertadores y la Sudamericana, hubo Copa América, tuvimos partidos amistosos, hubo fechas triples, y nosotros cerramos muy bien, empezamos a ganar partidos de local, con otro ritmo, otro juego. Lamentablemente paramos el 11 de diciembre y el calendario no nos favoreció. Al final fue el reflejo de lo que vivimos afuera. Los seleccionados se parecen a la forma de vivir de cada país.
Por: Agencia