jueves, noviembre 21

Familias en Haití atrapadas en el fuego cruzado de la guerra de bandas criminales

La violencia de las bandas criminales que azota la capital haitiana, Puerto Príncipe, ha derivado en los últimos días en una guerra abierta, con al menos 18 civiles muertos en medio de reportes de incendios de casas y violaciones.

«Hombres armados de la banda ‘400 Mawozo’ incendiaron mi casa y mataron a varios de mis vecinos antes de quemar también sus casas», declaró a la AFP Lucien, que vive en uno de los violentos barrios del norte.

«Violan a las mujeres y a las niñas cuando logran entrar a una casa», añadió el hombre, que prefirió no dar su nombre completo por miedo a las represalias.

En una ciudad en la que algunos barrios ya está dominados por redes criminales, la violencia de los últimos días obligó a Lucien a abandonar su casa para refugiarse con su madre enferma en una plaza pública el martes.

La Policía informó que al menos 18 civiles han sido asesinados desde el domingo en la zona norte capitalina, incluyendo «una familia de ocho», así como «tres mujeres jóvenes y tres niños».

Como Lucien, varios cientos de personas huyeron de la zona donde se producían los enfrentamientos, incluyendo unos 50 que se refugiaron en una plaza pública «a unos cientos de metros de la línea del frente», detallaron las autoridades.

Otros siguen atrapados en sus casas. Entre ellos, está un residente que prefirió permanecer bajo anonimato y que denunció que su hermano pequeño fue alcanzado por una «bala perdida en la pierna el domingo, mientras estaba en casa».

«Pudimos detener la hemorragia, pero no podemos arriesgarnos a llevarlo al hospital y tampoco tenemos medicamentos para aliviar su dolor», lamentó el hombre, de unos 20 años.

Atrapados sin agua ni comida

Bajo ráfagas de disparos que resuenan en su barrio desde hace cuatro días, los habitantes se encuentran en una situación desesperada.

«No tenemos más agua ni comida», confesó una joven.

Su padre, que padece diabetes e hipertensión, «está en estado crítico, pero no tenemos forma de ir a comprar medicinas y es demasiado peligroso viajar con él».

Confinadas durante mucho tiempo en las zonas costeras más pobres de Puerto Príncipe, las pandillas armadas han extendido considerablemente su dominio en toda la capital e incluso en el país desde finales de 2020, disparando las cifras de asesinatos y secuestros.

En octubre pasado, la poderosa y temida banda «400 Mawozo» secuestró a un grupo de 17 misioneros estadounidenses y sus familiares, entre ellos cinco niños.

El distrito donde se ha centrado la violencia es altamente estratégico, pues es el único acceso por carretera al norte del país, así como entre la capital de Haití y República Dominicana.

Desde junio, las autoridades también han perdido el control de la única carretera que conecta Puerto Príncipe con el sur: en un tramo de dos kilómetros la carretera está completamente bajo el control de criminales armados de las barriadas de Martissant.

En esa empobrecida área, las bandas obligaron a la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) a cerrar el hospital que dirigía desde hace 15 años.

La Policía Nacional, que carece de armas suficientes para enfrentarse a las bandas criminales, mucho mejor equipadas, no ha hecho nada hasta ahora para recuperar el control de la entrada sur de la capital.

Y desde el domingo, las fuerzas policiales no han intentado intervenir en los suburbios del norte, golpeados por la violencia.

Las autoridades haitianas aún no se han pronunciado sobre el último estallido de violencia, que está paralizando el norte de Puerto Príncipe.

Por: Agencia