Constantino II, hermano menor de la reina Sofía y último rey de Grecia, falleció este martes a los 82 años en una clínica privada de Atenas, casi una década después de regresar a su país natal tras 46 años en el exilio.
Constantino II y su esposa Ana María habían sido expulsados del país tras la caída de la Junta de los Coroneles en 1974, que dio fin a un breve reinado de siete años, y tan solo regresaron a Grecia en 2013, publica EFE.
Las controvertidas iniciativas que tomó durante su reinado contribuyeron de forma decisiva a la generación de un rechazo ciudadano que condujo a la proclamación de la república unos meses después de la caída de la dictadura de los coroneles.
En 1974 se celebró un referéndum en el que el 69,2 % de la población optó por la república.
Constantino nunca reconoció el resultado del referéndum que proclamó la Tercera República Helénica en 1974, condición que le había impuesto el Estado griego para permitirle regresar a su país natal.
Además, en 1994 el Gobierno socialista de Andreas Papandreu retiró la nacionalidad griega a la familia real y le expropió sus bienes.
En 2002 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó al Estado griego a indemnizarle con 12 millones de euros por los bienes confiscados.
Hasta 2010, el rey destronado visitaba Grecia de forma esporádica, siempre como invitado en yates privados de armadores griegos, sin aparecer en público.
En agosto de 2010 su tercer hijo, Nicolás, a pesar de haber nacido en el exilio decidió casarse en la isla de Spetses, en una ceremonia a que acudieron representantes de todas las casas reales de Europa.
Tras su matrimonio, Nicolás se instaló con su esposa Tatiana en Atenas.
En 2014, Constantino vendió su casa en Londres por 11 millones de euros y se instaló en Porto Jeli, conocido lugar de veraneo de muchos armadores griegos, donde permaneció este año en que, debido su delicada condición de salud, optó por trasladarse a Atenas para estar más cerca de los hospitales.
Por: Agencia