viernes, noviembre 22

Exembajador en EEUU lanza precandidatura a la presidencia de Nicaragua

El exembajador nicaragüense en Estados Unidos Arturo Cruz Sequeira lanzó este lunes su precandidatura a la presidencia de Nicaragua por la opositora Alianza Ciudadana para las elecciones generales del 7 de noviembre próximo.

Cruz, de 67 años y embajador en EEUU del Gobierno que preside el sandinista Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, entre 2007 y 2009, de quienes ahora está distanciado y tilda de «pareja imperial», inscribió formalmente su precandidatura con la Alianza Ciudadana (de centroderecha), una de las principales facciones de la oposición.

Cruz, hijo del exmiembro de la Junta de Reconstrucción Nacional y luchador antisomocista, el fallecido Arturo Cruz Porras, que también fue embajador de Nicaragua en Washington durante el primer régimen sandinista (1979-1990), centró su discurso en atacar a la «monarquía del Siglo XVI», y abogar por el cambio que, a su juicio, necesita el país.

Carga contra «Gobierno de ocupación»

«Este régimen prácticamente es un Gobierno de ocupación, que invade nuestra patria y nos trata como sus enemigos, no como sus connacionales. Hoy Nicaragua es territorio ocupado, necesitamos salvarla, liberarla», señaló.

«No podemos seguir permitiendo que, en nuestro país, los caprichos de la pareja imperial nos arrastren a un caos sin fin. En estos tiempos inciertos, los nicaragüenses tenemos la oportunidad de demostrar ante la historia de la patria, que somos capaces de reconducir al país hacia un nuevo destino. Sin violencia, sin terror, sin balas, sin muerte», continuó.

Para el también académico del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE) y analista político, «hoy nuestra patria se encuentra amenazada».

«Estamos atrapados en un limbo. Entre un viejo país que se niega a morir, y uno nuevo que no termina de llegar», indicó.

«Hoy no tenemos República, sino más bien, una envejecida monarquía del siglo XVI, que insiste en aferrarse al pasado, a la penumbra», añadió.

Dijo que «los nicaragüenses no queremos seguir siendo súbditos nunca más» y «no lo podemos permitir».

«Queremos ser ciudadanos libres, de un nuevo orden democrático, donde nunca más tengamos que hacer reverencia a ningún monarca», agregó.

Dice que el «adversario controla todo»

Durante otra parte de su discurso, Cruz dijo que «en estas horas oscuras, la patria necesita de sus mejores hijos e hijas», y valor, porque «la nuestra es una lucha titánica contra un régimen que tiene a nuestro país en la penumbra, en la oscuridad».

Reconoció que se enfrentan «a un adversario que controla todo en nuestro país, y que hasta el libre pensamiento nos ha querido arrebatar».

«Sabemos que harán todo lo posible por inclinar la balanza electoral a su favor, incluso, si se llevan a cabo las reformas electorales por las que luchamos. Está en su naturaleza. Sin embargo, les pregunto: ¿Acaso se ha dicho la última palabra? Solo por eso ¿nos rendiremos? No queridos compatriotas, mil veces no», prosiguió.

Para el político, el régimen sandinista «no le ofrece al país ningún futuro posible, porque un país sin instituciones democráticas es insostenible en el tiempo», y «por eso los nicaragüenses debemos preguntarnos: ¿Realmente es viable que este régimen sin ninguna legitimidad continué? ¿O realmente nos merecemos algo mejor?»

«Por eso, tenemos la responsabilidad de convertir esa mayoría social que no quiere seguir siendo súbditos de la pareja imperial, en una mayoría electoral que nos permita cambiar de verdad las cosas», instó.

La revuelta popular de abril de 2018

Asimismo, Cruz criticó la respuesta que dio el Ejecutivo a la revuelta popular que estalló en abril de 2018 por unas impopulares reformas a la seguridad social, y que dejó cientos de muertos.

Para el político, las manifestaciones fueron un mensaje de la «mayoría de la sociedad nicaragüense» que «dijo basta y exigió un cambio de rumbo al régimen autoritario que se venía instalando en el país».

«Nuevamente corrió la sangre de hermanos y no tuvimos a un Gobierno a la altura de las demandas legítimas de la gente. De nuevo, desde la irracionalidad del poder, se apostó por la coerción, por la fuerza, por la represión y por la muerte», acotó.

Para Cruz, la respuesta del Ejecutivo sandinista a las protestas callejeras, «es quizá la mayor tragedia y equivocación de la pareja imperial hasta nuestros días».

Por: Agencia