Algunos venezolanos fueron inoculados contra el COVID-19 esta semana gracias a un donativo de vacunas desarrolladas por Cuba, lo que le dio alivio a algunos habitantes desesperados por protegerse y a la vez profundizó el misterio acerca de la campaña de vacunación del país, la cual depende de donaciones.
Treinta mil dosis de la vacuna Abdala de tres dosis se incorporaron a la campaña de vacunación de Venezuela, pocos días después de que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro y las autoridades cubanas llegaron a un acuerdo según el cual se prevé que La Habana envíe 12 millones de dosis en los próximos meses.
Existen acuerdos similares con otros aliados, pero aún se desconocen cuáles son los términos de dichos tratos, cuántas personas han recibido al menos una inyección y qué tanto se está respetando el orden de vacunación para atender primero a los grupos prioritario.
“Si vemos las promesas con las vacunas rusas y chinas, se hace mucho énfasis en los acuerdos y en las cifras, y luego el envío de esas vacunas y quién recibe qué en Venezuela se torna mucho más misterioso”, dijo Jacqueline Mazza, profesora adjunta de estudios latinoamericanos en la Universidad Johns Hopkins.
“Para decirlo en forma simple: los números simplemente no están. Cuando conjuntamos todo, seguimos en la misma posición en la que estamos con el manejo del coronavirus en Venezuela: Todo está envuelto en misterio, y es evidente que las cifras no nos están dando la historia real”.
Venezuela inició su campaña de vacunación en febrero, enfocándose en los sectores de salud, policial y educativo para la primera fase. La amplió a finales de mayo a cualquier persona de 60 años en adelante.
Desde el 13 de febrero han llegado a Venezuela por lo menos 380 mil dosis de la vacuna rusa Sputnik V, lo que representa el 3,8 % de los 10 millones que se habían acordado en un principio en diciembre. En marzo, Venezuela recibió también un lote de 500 mil dosis de la vacuna Vero Cell donado por la compañía estatal china Sinopharm. Dos meses después, Maduro anunció el arribo de 1,3 millones de vacunas desde China, sin dar detalles.
Esos envíos, más el que llegó de Cuba, suman al menos dos millones 210 mil vacunas que Venezuela ha recibido. Solamente ha aplicado un millón 466 mil 988 de ellas, y solo 223 mil 858 personas — el 0,8% de la población — están totalmente vacunadas, según información recabada por la Universidad Johns Hopkins.
Maduro ha dicho que pretende vacunar al menos al 70 % de la población para septiembre. Pero los trabajadores de salud y los profesores aún están esperando sus inyecciones, y algunos venezolanos han expresado sus reservas acerca de la falta de información sobre la vacuna Abdala y la campaña.
“No me he vacunado todavía”, dijo Edwin Quintana, un obrero de 32 años. “No sé realmente si la vacuna cubana ha pasado por los procesos de verificación que tiene, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud”, aseveró.
Las autoridades cubanas dijeron la semana pasada que la vacuna tiene una eficiencia de 92,28 %. La OMS no le ha dado el visto bueno.
El sindicato que representa a los trabajadores de salud y la Academia Nacional de Medicina de Venezuela expresaron esta semana su preocupación en torno a la vacuna cubana. Este último grupo dijo que era un producto de “dudosa credibilidad científica”, y se dijo esperanzado de que la OMS y la Organización Panamericana de la Salud den su opinión.
Más allá de las dudas sobre los acuerdos de Caracas con sus aliados, también se desconoce si Venezuela recibirá vacunas a través del mecanismo Covax de las Naciones Unidas. Por medio de él, se prevé que el país reciba un suministro de aproximadamente 11,4 millones de dosis de diversas vacunas. El gobierno pudo pagar un enganche, pero Maduro dijo el mes pasado que 10 millones de dólares que hubieran cubierto la cantidad requerida por Covax estaban bloqueados debido a las sanciones internacionales que enfrenta Venezuela.
Mazza cree que pasarán años antes de que el país pueda vacunar a sus aproximadamente 30 millones de habitantes.
“¿Cómo puede un país que tiene un sistema de distribución en ruinas y una burocracia totalmente incapaz aplicar ahora una vacuna? Evidentemente no están acelerando el paso para cumplir a ninguna escala”, señaló.
Venezuela ha registrado más de 274 mil casos y más de tres mil 100 fallecimientos por COVID-19, según la UJH.
En un centro de vacunación el martes en Caracas, Yoleima Cartaya, una trabajadora independiente, señaló que una vacuna, sin importar su marca, es mejor que ninguna. “Yo creo que lo mejor es tenerla”, dijo Cartaya tras recibir la primera de las tres dosis de la Abdala. “Me siento muy bien”.
Por: Agencia