viernes, diciembre 20

Estudian erecciones de cuatro horas asociadas al COVID-19

Nuevo síntoma del COVID-19: erecciones de cuatro horas - Miami Diario

Un estudio científico publicado por el American Journal of Emergency Medicine estudia varios casos de pacientes que sufrieron priapismo, una erección prolongada y dolorosa del pene que no está asociada a la estimulación sexual.

Pérdida de olfato o gusto, dolores de cabeza, fatiga y mareos… los efectos que tiene el COVID-19 sobre el organismo son múltiples y cada día se descubren nuevos síntomas. Entre las secuelas del coronavirus más frecuentes que se estudian están los efectos en los pulmones, corazón y cerebro. Una posible nueva consecuencia del coronavirus que se está estudiando son las erecciones de cuatro horas en hombres de 60 años.

La revista científica American Journal of Emergency Medicine es la publicación en la que han aparecido los estudios sobre priapismo, erecciones prolongadas y dolorosas del pene en hombres de 60 años que han padecido coronavirus. Esta erección no está vinculada a la estimulación sexual y se produce cuando el pene se llena de sangre, pero no se drena correctamente por lo que puede permanecer erecto durante horas.

El primer caso de priapismo se registró en Miami en un paciente de 69 años con problemas de obesidad llegó a la UCI muy grave. Un segundo caso se registró en un hombre de 62 años ingresado en Versalles, según indica Forbes. En ambos casos, el único método para revertir la dolorosa erección fue retirar la sangre con una jeringuilla.

Aún no hay suficiente evidencias para identificar al priapismo como una consecuencia directa del COVID-19 pero ya han saltado las alertas para estudiarlo como una posible secuela de esta enfermedad de la que queda aún tanto por investigar y descubrir.

Otra secuela: la dificultad para transferir el oxígeno a los pulmones

Un estudio de la Universidad de Oxford y Sheffield utilizaron la resonancia magnética junto con el gas xenón hiperpolarizado, para comprobar el estado de los pulmones de 10 pacientes que habían tenido el Covid-19. Los resultados indicaron que ocho de ellos presentaban disnea y cansancio de forma persistente. En el escáner se pudo comprobar que hay áreas del pulmón donde el aire no fluye de manera correcta hacia la sangre.

Los primeros datos apuntaron a que la capacidad pulmonar se muestra afectada tiempo después de haber tenido una neumonía por Covid-19.

Pero no solo el coronavirus afecta al pulmón, ya que el corazón también puede sufrir las consecuencias de este patógeno. Antonio Esteban, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital QuirónSalud de Málaga, confirmó a EFE que un 25 % de los afectados por el COVID-19 habían sufrido miocarditis. Los efectos fueron mayores y más peligrosos para aquellos que tenían patologías previas.

Asimismo, de forma reciente, un estudio publicado en la revista «Nature Neuroscience» confirma que el coronavirus puede acceder al cerebro a través de las células nerviosas de la mucosa olfativa. Los efectos que tiene el Covid-19 en el cerebro son relevantes, ya que uno de cada tres pacientes padece síntomas neurológicos, como pérdida de peso, olfato o gusto, dolores de cabeza, fatiga y mareos. En algunas personas se ha llegado a producir un accidente cardiovascular.

Hasta cuatro síndromes del COVID-19 persistente

Un estudio del Instituto Nacional de Investigación de Salud en Gran Bretaña advierte que el Covid persistente puede no ser un síndrome, sino hasta cuatro. Esto puede causar numerosos síntomas que van desde el corazón hasta el pulmón, que pueden disminuir en una parte del cuerpo y aparecer en otra. Se calcula que más de un 10% de las personas que han pasado el coronavirus pueden desarrollar algún síntoma a largo plazo.

Pilar Rodríguez Ledo, de la Sociedad Española de Médicos Generales y Familia, diferenció las secuelas que tienen los pacientes que han estado en UCI o intubados, con los que no. Este mismo organismo realizó una encuesta de síntomas o secuelas que ha dejado el COVID-19 entre sus participantes, donde destacan siete áreas afectadas: alteraciones neurológicas, psicológicas/emocionales, del aparato locomotor, respiratorias, digestivas, cardiovasculares, otorrinolaringológicas o dermatológicas, entre otras.

La teoría de las secuelas de la enfermedad, así como los síntomas que nunca desaparecen, es que el coronavirus permanezca en los tejidos, aunque no se pueda detectar con las pruebas estándar, tal y como ocurre con el VIH.