Víctor Escobar entró hace pocos minutos a la clínica en la que se le realizará el procedimiento de eutanasia. Su historia divide opiniones a nivel nacional.
“Hoy para mi es un día lleno de alegría, de felicidad, de saber que hoy me reuní con el comité médico y ya quedamos listos de que el procedimiento va a ser el 7 de enero a las 7 p. m y, para mí, es una gran felicidad que termine mi sufrimiento de tantos años”, dijo en su momento.
“Para mi cada día es un sufrimiento más, un sufrimiento de dolor, de angustia, de padecimiento. Gracias a Dios y al abogado, se nos dieron ya las cosas. Mis enfermedades son dos accidentes cerebrovasculares. Tengo Epoc pulmonar, fibrosis pulmonar, hipertensión pulmonar, el lado derecho del corazón grande, hipertensión y diabetes. Entonces es un poco complicada mi situación de salud”, agregó en su momento y ya resignado y esperando la práctica de la eutanasia, reseñó Semana.
Víctor habla poco porque el aire le falta hasta para levantar la mirada. Sus días, desde hace 11 años, han estado conectados a dos respiradores artificiales con los que toma aliento para hilar tres o cuatro palabras antes de caer presa de su ahogo perpetuo. Dos accidentes cerebrovasculares y los pulmones operando solo al 40 %, lo han hecho reflexionar sobre su vida: llegó al punto en el que solo quería una muerte digna.
Por Agencia