«Como rehén, me robaron 2.898 días de lo que deberían haber sido los mejores días de mi vida y los suplantaron con tormento», dijo hoy tras aterrizar en el aeropuerto internacional de Doha Siamak Namazi, uno de los cinco ciudadanos estadounidenses liberados por Irán en el marco de un canje de presos con EEUU.
En un comunicado publicado por su abogado, Namazi, encarcelado en la prisión iraní de Evin desde 2015, ofreció un sentido agradecimiento a todas las personas que se implicaron para que fuera liberado junto a otros cuatro compañeros, acusados de espionaje y de mantener contactos con el Gobierno de Estados Unidos, reseñó EFE.
«Hoy no sería libre si no fuera por todos vosotros, que no permitisteis que el mundo me olvidara. Desde el fondo de mi corazón, gracias. Gracias por ser mi voz cuando no podía hablar por mí mismo y por garantizar que me escucharan cuando reuní la fuerza para gritar detrás de los impenetrables muros de la prisión de Evin», indicó.
Namazi aseguró que estuvo soñando con este día durante los últimos ocho años, pero lamentó que aún así siente un doloroso y profundo sentimiento de culpa por respirar en libertad mientras tantas personas valientes (…) continúan languideciendo detrás de esas paredes.
Detenidos por exigir dignidad y libertad
«Están detenidos por exigir la dignidad y la libertad a las que todo ser humano tiene inherentemente derecho; por informar sobre la verdad; por adorar a su Dios; por ser mujer», denunció.
Recordó que Ahmedreza Djalali, un médico iraní-sueco, lleva casi ocho años en el corredor de la muerte por «cargos falsos», así como los ambientalistas Niloufar Bayani, Sepideh Kashani, Houman Jokar, Taher Ghadirian, Amirhossein Khaleghi y Sam Rajabi, o incluso Sepehr Ziaei, encarcelado por pertenecer a la minoría religiosa bahaí.
«El único mensaje que los líderes de Irán envían al mundo al encarcelar a personas tan extraordinarias es que se deleitan con la infinita profundidad de su crueldad gratuita», dijo Namazi.
Así, mostró su agradecimiento a las autoridades cataríes, omaníes, suizas, británicas y, en especial, al presidente estadounidense, Joe Biden, por «poner las vidas de los ciudadanos norteamericanos por encima de la política» y «poner fin a esta pesadilla».
Sin embargo, advirtió que «queda mucho por hacer» porque «durante los últimos 44 años, el régimen iraní ha dominado el desagradable juego de enjaular a estadounidenses inocentes y otros ciudadanos extranjeros y comercializar su libertad».
El intercambio de presos entre Teherán y Washington se produjo una vez se depositaron hoy mismo 6.000 millones de dólares (algo más de 5.573 millones de euros) de fondos pertenecientes a Irán en seis cuentas iraníes en dos bancos de Catar, que ejerció de mediador entre los dos rivales.
Por Agencia