domingo, diciembre 22

Especialista: Al final de la pandemia podríamos ver algo de libertinaje sexual

La pandemia desata ola de libertinaje sexual

Las diversas medidas de aislamiento social y restricciones comerciales diseñadas por los gobiernos, la propagación del virus a lo largo del globo, el aumento en la cantidad de contagios, el surgimiento de las nuevas variantes y cepas de COVID-19 y el inevitable temor por parte de la población de riesgo fueron los factores que impulsaron a que buena parte del mundo durante 2020 (y también, en lo que va de 2021) permaneciera más tiempo dentro de sus hogares.

El médico y sociólogo estadounidense Nicholas Christakis, profesor de la Universidad de Yale, pronostica en su último libro, Apollo’s Arrow: The Profound and Enduring Impact of Coronavirus on the Way We Live (La flecha de Apolo: el impacto profundo y duradero del coronavirus en la forma en que vivimos) cómo se comportarán sus compatriotas al final del COVID-19, cuando llegue, y se aventura a hablar de una posible vuelta al estilo de los “locos años 20?».

Esta idea se basó analizar cómo fue el comportamiento de las personas al finalizar otras pandemias a lo largo de la historia, incluido lo que sucedió tras la gripe española de 1918.

Es que, según el autor, en tiempos de peste, la gente se vuelve más religiosa, más abstemia, más austera y reacia al riesgo. Sin embargo, esta conducta generalmente se revierte con el tiempo.

“La gente ya no será tan religiosa y buscará incansablemente interacciones sociales como clubes nocturnos, bares, restaurantes, eventos deportivos y partidos políticos. Podríamos ver un libertinaje sexual”, aseguró en una entrevista a The Guardian de diciembre. En este sentido, considera que la gente volverá a gastar dinero con mayor libertad, “comportamientos que se vieron en la sociedad en la década de 1920”.

A partir de estos dichos, diversos medios tomaron el tema. Sin embargo, el especialista aclaró por redes sociales que no se trata de un desenfreno sexual. “Al final de la pandemia, la gente buscará incansablemente interacciones sociales; podríamos ver algo de libertinaje sexual”, sostuvo desde su cuenta en Twitter, que tiene más de 180.000 seguidores.

“Si nos fijamos en todos los siglos precedentes de epidemias, está claro que vamos a tener un período intermedio en el que aceptaremos el costo psicológico, social y económico de la pandemia. Creo que durará hasta 2023, aproximadamente. Necesitamos recuperarnos del terrible impacto de esta experiencia. Millones de negocios han cerrado. Millones de estadounidenses están sin trabajo. Millones de niños han faltado a la escuela de forma significativa. Millones de personas han perdido familiares a causa del virus. Muchos tendrán discapacidades crónicas por contraerlo. Necesitamos aceptar todas estas cosas, lo que llevará tiempo”, compartió recientemente a través de una entrevista publicada en el portal de Yale University.

En su último libro, Christakis, hijo de padres griegos, examina la crisis causada por el COVID-19 desde perspectivas epidemiológicas, virológicas, sociológicas e históricas. Uno de los argumentos que destaca es que, si bien esta forma en la que vivimos ahora nos parece tan extraña, las plagas no son nuevas para nuestra especie.

“La Biblia habla de plagas. Shakespeare habla de plagas. La Ilíada comienza con la plaga. Pero lo que es diferente acerca de nuestra experiencia actual es que nosotros tenemos en nuestro tiempo una vacuna en tiempo real. Me refiero a la capacidad tecnológica que tenemos para responder en tiempo real y en un año haber completado la fase tres de ensayos es alucinante”, dijo.

“¿Una respuesta de los locos años 20 en Estados Unidos después de la pandemia? Sí, pero hay una trampa o dos, incluido el hecho de que no será una especie de cambio repentino”, dice el experto de la Universidad de Yale

Para el especialista, no obstante, todavía queda un trecho por transitar. Como sociedad, nos enfrentamos a un camino desafiante. “Una certeza sobre las plagas es que siempre terminan”, agregó optimista.

¿Cuándo volveremos, entonces, a la normalidad? No está claro aún y mucho dependerá de cómo se defina “normalidad”. Pero Christakis estima que en algún momento de 2024 se entrará en el período posterior a la pandemia. “Y creo que se va a sentir un poco como los locos años 20 del siglo pasado. Y espero que la economía aumente y las artes prosperen a medida que nuestra tendencia a socializar se acelera”.

Para el experto, es imprescindible lograr que al menos el 50 % de la población esté vacunada a fin de alcanzar la llamada inmunidad de grupo, es decir, la suficiente cantidad de personas para que el virus pierda fuerzas.

Christakis es profesor de Ciencias Sociales y Naturales en la Universidad de Yale, con cargos en los departamentos de Sociología, Ecología y Biología Evolutiva, Estadística y Ciencia de Datos, Ingeniería Biomédica y Medicina.

Realizó investigaciones y enseñó durante muchos años en la Universidad de Harvard y en la Universidad de Chicago. Estuvo en la lista de la revista Time de las 100 personas más influyentes del mundo en 2009. Trabajó como médico de cuidados paliativos en Chicago y Boston hasta 2011.

Actualmente, Christakis pasa la mayor parte de su tiempo en el Laboratorio de la Naturaleza Humana, donde su equipo explora un amplio conjunto de ideas, que incluyen: comprender las bases evolutivas, genéticas y fisiológicas de la amistad; alentar a las aldeas del mundo en desarrollo a adoptar nuevas prácticas de salud pública (trabajando en lugares de Honduras, India y Uganda); mapeo de redes sociales en entornos de todo el mundo; organizar a las personas en grupos online para que se comporten mejor (como ser más cooperativos y más sinceros); desarrollar inteligencia artificial que ayude a los humanos a abordar los desafíos en la acción colectiva; explorar el efecto de las interacciones sociales en el microbioma humano, entre otros.

Christakis fue elegido miembro de la Academia Nacional de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias en 2006, de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia en 2010 y de la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias en 2017.