A partir de este lunes, España dejará de contar todos los positivos de coronavirus para centrarse solo en los casos graves y en los entornos vulnerables, una nueva etapa en la que se acabó el aislamiento de las personas con síntomas leves o sin ellos, las pruebas generalizadas y los rastreos.
La nueva estrategia supone un paso más hacia la normalización de la COVID-19 que implica «aceptar un cierto nivel de transmisión» entre la población vacunada, joven y sana para pasar a centrarse solo en personas más frágiles.
Para el experto en Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, José María Molero, en el momento actual, con altas tasas de vacunación y una sexta ola en la que, a pesar de las cifras de contagios diarios, la inmensa mayoría de infectados no ha requerido de intervención sanitaria, esta nueva etapa es muy necesaria para «intentar volver a una cierta normalidad sanitaria y social».
Desde el lunes solo se van a contar casos graves y aquellos que se den en colectivos y ámbitos vulnerables, como centros sanitarios, asistenciales o prisiones.
Solo a estos grupos se les harán pruebas a colectivos como mayores de 60, inmunodeprimidos, embarazadas, con infección respiratoria aguda que requiera hospitalización o los que hayan estado en los últimos catorce días en una región en la que circule una variante de la COVID-19 que genere preocupación.
Por: Agencia