jueves, noviembre 21

En la noche de los Goya «El buen patrón» y Cate Blanchett son los protagonistas

Fue la noche de «El buen patrón», pero también la del regreso, de los vestidazos en blanco y negro, de los esmóquines rojos con amorosos nombres bordados en la espalda y de la estrella de Hollywood más glamurosa que enamoró a todos: Cate Blanchett y su flamante Goya Internacional.

Una noche de gala casi normal. Casi. Pero aún del todo no, y se notaba por las mascarillas, los certificados de vacunación y el gel hidroalcohólico, aún estratégicamente colocado en las esquinas más concurridas del Palau de les Arts de la ciudad española de Valencia, que acogió el evento.

A pocos metros de la entrada, rodeando la alfombra roja, cientos de fans podían, por fin, volver a hacerse fotos con las estrellas.

«Hoy es la gala del reencuentro, muchísimas gracias por dejarnos seguir en sus vidas», resaltó la actriz española Carmen Machi en el discurso con el que empezaba la fiesta.

Y también fue una de las galas más largas que se recuerdan. Ni los números musicales, con un estreno de C.Tangana, «Te venero», cantada a medias con la joven Rita Payés, ni la actuación de Joaquín Sabina, que eligió la canción «Tan joven y tan viejo» para su reaparición en los escenarios, acompañado por Leiva a la guitarra, lograron dinamizar la entrega de cabezones.

Tras la gala de 2021 en la ciudad de Málaga, sin público y con los nominados en plasma a causa de la covid, la de 2022 recuperó público, alegría y «abrazos pandémicos», como los llama Javier Bardem.

Un Bardem exultante que posó con el resto de españoles, que como él, están nominados este año a los Óscar: Penélope Cruz, Alberto Iglesias y Alberto Mielgo, dejando otro momento histórico de estos Goya.

Y más aún cuando Bardem, que ya era el actor español con más premios Goya, se llevaba el sexto. De nuevo, por una cinta de Fernando León de Aranoa, «El buen patrón», después de lograrlo con «Los lunes al sol» (2002).

La película de este director fue la ganadora de la noche, al lograr seis de los veinte premios a los que optaba, pero fueron los premios «gordos».

Bonito, y entrañable, el deseo de Cate Blanchett de que Penélope Cruz gane el Óscar a mejor actriz por «Madres paralelas»: «Te lo mereces«, le dijo, segundos después de afirmar que Pedro Almodóvar tenía «tanto talento que daba asco».

También hubo políticos muy destacados, y también muy glamurosos, como el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien reconoció que no tenía mucho tiempo para ir al cine, aunque estaba muy al tanto de todas las películas que competían.

La sorpresa de la noche fue que la película de Pedro Almodóvar no se llevara ninguno de los ocho premios a los que estaba nominada. En el otro extremo, la sorpresa de «Las leyes de la frontera» que, aspirante en seis categorías, hizo diana en cinco.

Hubo un encendido recuerdo para las mujeres afganas de la directora de cine Sharaa Karimi, invitada a los premios, quien pidió «por favor» a todos los cineastas del mundo que alcen su voz en defensa de Afganistán y no reconozcan al régimen talibán.

También se reivindicó, desde el primer premio que se llevó la película «Mediterráneo» (al final, tuvo tres), el deseo de que ese mar «deje de ser una fosa común» para los inmigrantes que intentan alcanzar Europa.

Y la dulce compositora Zeltia Moltes, ganadora por la música de «El buen patrón«, dedicó el premio a «todas las mujeres que no se acuestan por las noches componiendo música» y recordó lo dura que es la composición para ellas, la falta de oportunidades y los largos años de estudio mientras se agudiza la precariedad de su profesión.

Las reivindicaciones feministas de la noche empezaron con una sutil Vicky Peña que leyó los nombres de «los» nominados en Dirección Artística, donde no había ninguna mujer. Y se remataron con un larguísimo discurso de la directora de la cinta de animación ganadora «Valentina», Chelo Loureiro, que, tras citar a sus familiares, optó por dedicar el premio a «todas las mujeres«.

«Maixabel», que logró tres Premios Goya, provocó momentos de gran emoción con la auténtica Maixabel Lasa, a la que da vida en una película sobre la viuda de una de las víctimas de la banda terrorista ETA.

Pero el gran protagonista de la noche fue el actor español José Sacristán, adorable en su vergüenza ante los aplausos del público, mientras agradeció a los que «con su confianza en su trabajo» le permiten seguir «arando, sembrando y cosechando».

Por: Agencia