El Gobierno del Estado indio de Delhi ha ordenado este sábado la clausura de los colegios, ha dictaminado la obligatoriedad de trabajar desde casa para el funcionariado y ha paralizado el sector de la construcción debido a la contaminación del aire. El Tribunal Supremo de India ha declarado Nueva Delhi y las zonas circundantes como áreas de emergencia por la polución del aire, tan densa que los residentes tienen que llevar mascarilla dentro de sus hogares. En la zona viven unos 25 millones de personas.
El ministro principal de Delhi, Arvind Kejriwal, ha explicado este sábado que se pasará al sistema de enseñanza por internet durante al menos una semana a partir del lunes para evitar que los menores se expongan al aire contaminado. Además, el personal de instituciones públicas deberá trabajar desde casa durante esa misma semana y se recomienda al sector privado que haga lo mismo. En la construcción, sector que genera contaminación en suspensión, se prohíbe toda actividad de lunes a miércoles, ha explicado Kejriwal.
El Supremo había solicitado a la administración de Delhi que adopte medidas urgentes y recomienda el cierre parcial del tráfico o, incluso, un confinamiento de la población durante dos días, en palabras del magistrado jefe N.V. Ramana recogidas este sábado por el portal de noticias 24×7 Live India. El índice de la calidad del aire en el estado de Delhi ha llegado a alcanzar en la mañana de este sábado las 415 unidades, muy por encima del nivel considerado como peligroso para la salud, según la organización suiza IQAir, encargada de medir los niveles de contaminación en todo el mundo.
Parte de esta contaminación se debe a la quema de restos de cultivo en los campos de la capital india, pero también a la excesiva dependencia de los combustibles fósiles, que cubren las tres cuartas partes de las necesidades energéticas del país. La polución del aire cuesta a los negocios indios unos 90.000 millones de euros al año, aproximadamente un 3% de su Producto Interior Bruto, según cálculos de Europa Press.
Hace menos de dos meses, la Organización Mundial de la Salud (OMS) endureció los indicadores de calidad del aire para los principales contaminantes atmosféricos, lo que implica fijar unos umbrales de seguridad más estrictos para cuatro sustancias nocivas, la mayoría vinculadas a la quema de biomasa y a los combustibles fósiles —petróleo, gas y carbón—. Las anteriores directrices se establecieron en 2005 y más de 15 años después la OMS decide darles una vuelta de tuerca y meter presión a los Gobiernos del mundo para que luchen contra una lacra que causa cada año alrededor de siete millones de muertes prematuras y graves problemas de salud, según ha recordado esta organización ligada a Naciones Unidas. El paso dado por esta agencia pone en el punto de mira a los vehículos con motores de combustión.
La mayor reducción se hace en el caso del dióxido de nitrógeno: hasta ahora se consideraba que el umbral de seguridad estaba en una exposición anual de 40 microgramos por metro cúbico. Las nuevas directrices lo bajan hasta 10 microgramos por metro cúbico. En cuanto a las partículas, que también tienen su origen en el tráfico, la OMS rebajó a la mitad la exposición máxima recomendada anual: en las PM₂,₅ se pasa de un valor de 10 microgramos por metro cúbico a cinco. En el caso de las partículas más grandes, las PM₁₀, el límite anual pasa de 20 microgramos por metro cúbico a 15.
En el Estado de Delhi, este sábado los niveles de partículas finas en suspensión PM₂,₅ han llegado a superar 300 microgramos por metro cúbico (µg/m³), es decir, 30 veces más de lo recomendado antes y 60 veces más de lo recomendado ahora por la OMS. Según IQAir, a las 16.00 (hora española) las PM₂,₅ superaban todavía los 172 µg/m³, mientras que las PM₁₀ alcanzaban los 391.5 µg/m³.
En 2020, IQAir elaboró un informe que mostraba que 22 de las 30 ciudades más contaminadas del mundo se encuentran en India y Nueva Delhi es la capital más contaminada del planeta. En 2019, la contaminación causó 1,67 millones de muertes en India, incluyendo cerca de 17.500 decesos en la capital, según la revista médica The Lancet.
Por Agencia