El presidente de Tesla, Elon Musk, bailó de alegría en la inauguración de su «megafábrica» de autos eléctricos cerca de Berlín este martes, dejando atrás dos años de obras y burocracia.
«Danke Deutschland!» («Gracias, Alemania») tuiteó Musk tras la ceremonia de inauguración de la planta, donde aplaudió, junto a los empleados de la empresa, a los 30 conductores que se pusieron al volante de sus autos nuevos. Incluso se puso a bailotear un poco durante las entregas de los coches, del tipo «Model Y».
«Creemos que el mundo puede hacer la transición hacia un futuro energético sostenible combinando energía solar, energía eólica, almacenamiento de baterías y vehículos eléctricos», afirmó el multimillonario.
La apertura de la planta pone fin a un largo proceso de dos años de autorizaciones y obras en los que Tesla tuvo que superar varios enredos administrativos y legales, incluyendo quejas de parte de la población por el impacto ambiental que tendrá la fábrica.
El ministro alemán de Economía, Robert Habeck, asistió al evento junto al jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz, e indicó que era «un día especial para la transformación de la movilidad en Alemania».
Con esta planta, situada en Gruenheide, en la región de Brandeburgo (este), Tesla espera dar trabajo a unos 12.000 empleados y tener una capacidad de producción de 500.000 vehículos eléctricos anuales del «Model Y».
Es la primera planta de producción de Tesla en Europa.
Se espera que la llegada de Tesla a Alemania marque un punto de inflexión para la industria automovilística de ese país, que tiene pesos pesados como Volkswagen y Mercedes.
La llegada de la compañía californiana a Europa se produce en un momento de fuerte aumento del precio de la energía en el continente, con el petróleo disparado, lo que ha llevado a algunos conductores a decantarse por alternativas eléctricas.
La electromovilidad es «un paso más para alejarse de las importaciones de petróleo», destacó el ministro de Economía y Clima, Robert Habeck, en un contexto en el que Alemania desea acelerar su transición energética para liberarse de su dependencia del gas ruso.
Como otros fabricantes de automóviles, Tesla también se ha visto afectada por la escasez de materiales y los problemas en la cadena de suministro, causados en parte por la invasión rusa de Ucrania.
Cerca de la fábrica, un grupo de activistas medioambientales se manifestaron, reclamando un mejor sistema de transporte público en lugar de «más coches», según Lou Winters, portavoz del grupo ecologista Sand im Getriebe.
Por: Agencia