lunes, noviembre 25

Electoreros contra Radicales

Es abismal la diferencia entre la “oposición electorera”, de Fermín, Timoteo, Falcón, Bertucci, entre otros, y figuras opuestas al régimen como María Corina Machado, Ledezma y Diego Arría, a quienes nos referiremos benignamente en este artículo como “radicales”. En primer lugar, los electoreros llegan a confundirse discursivamente con el propio chavismo, por ejemplo, piden cese de las sanciones internacionales, mientras que los radicales exigen el fin de los motivos que generan las sanciones: la ruptura del hilo constitucional y democrático.

En segundo lugar, los electoreros son capaces de abrazar poder ilegal e ilegítimamente, se prestan para contiendas electorales totalmente alejadas de la ley y de todo precepto democrático. Los radicales son tajantemente firmes en no participar en este tipo de irregularidades, valga decir, la abstención generada desde 2017 no es un “lineamiento” de ellos, más bien, se han sumado al sentir ciudadano. La abstención, que ha golpeado al chavismo más que cualquier otro fenómeno político en estos 22 años, es el sentimiento más legitimo enclaustrado en el corazón de la sociedad venezolana en rotundo rechazo a instituciones públicas psuvizadas.

En tercer lugar, los electoreros intentan maniobrar internacionalmente en las mismas aguas que el régimen, es decir, entre sus aliados chinos, rusos, cubanos y demás regímenes antidemocráticos. Los radicales se suman a la comunidad internacional democrática, la que reúne los principales países y bloques occidentales.

En cuarto lugar, es triste observar cómo, a través del dominio mediático del régimen, los representantes de la “oposición electorera” ganan espacios donde felicitan y hasta excusan los “esfuerzos del gobierno para solventar los problemas del país”, mientras que los radicales, de forma diáfana, identifican todos y cada uno de los problemas que afronta Venezuela como consecuencia del chavismo y su imposición del modelo cubano.

En quinto lugar, podemos darnos cuenta que los “electoreros” forman parte orquestada con el régimen, hacen creer se formalizan diálogos y acuerdos, pero estos solo favorecen al régimen, como la elección del presente y del venidero CNE, abiertamente chavista. No se trata sea un ente opositor, sino que sea total y absolutamente imparcial. Los radicales desde siempre han advertido no se puede ser democrático con quien no lo es, es un axioma de la política y su reciprocidad.

En sexto lugar, los electoreros invierten 90 % de su tiempo en atacar a la oposición venezolana legítimamente reconocida internacionalmente, no al régimen y sus 22 años de desmanes, promovedor real de todas nuestras tragedias. Los radicales no caen en este tipo de tretas, tienen claro quienes son los hacedores del mal en nuestro país.

Son muchas más las diferencias, solo mencionamos algunas. Después de todo, no se olvide estimado lector esto es una opinión, eso sí, basada en hechos. La oposición venezolana no está dividida, eso es una falacia, el que el régimen haya adoptado un grupo de “políticos islas”, sin arrastre popular, para fingir una oposición no los hace tal. En Venezuela si hay una oposición y dentro de ella un ala radical ¡la que hace falta ante un régimen radical! Esta oposición se está encargando de generar los cambios que requiere la patria.

Por: Leandro Rodríguez Linárez