La Corte Suprema de Cabo Verde acaba de autorizar la extradición del barranquillero Álex Saab, quien es procesado por la Corte Federal del Sur de Miami, por una megaoperación de lavado de activos superior a los 350 millones de dólares.
El Tiempo estableció que la decisión da vía libre para que sea trasladado al aeropuerto Amílcar Cabral de Isla de Sal, donde lo recogerá la DEA para llevarlo.
Además, una fuente federal le acaba de decir a este diario que el gobierno Biden ya fue notificado de la decisión del Supremo, a través de la Oficina de Relaciones Exteriores: «Ya se le notificó al Departamento de Estado y ahora procederá el de Justicia».
Sin embargo, su defensa alega que aún les queda un recurso ante el constituyente caboverdiano. De hecho, personas cercanas a la defensa de Saab confirmaron la decisión de darle vía libre a su extradición.
El Tiempo estableció que la decisión de la Corte Suprema activó un dispositivo de seguridad en torno a Saab, cuya defensa insiste en que el fallo no es definitivo.
Saab fue capturado el 12 de junio de 2020 en Cabo Verde (África) mientras hacía tránsito en un avión privado con el que buscaba llegar a Irán para negociar gasolina y alimentos para Venezuela. Hoy permanece en arresto domiciliario, por vencimiento de términos.
Meses antes de su captura pesaba sobre él una circular azul de la Interpol y al momento de retenerlo se activó una circular roja. Adicionalmente, había sido incluido en la Lista Clinton del Departamento del Tesoro.
En el indictment por el que procesan a Saab se menciona al colombiano Álvaro Pulido, su socio. Y una investigación de El Tiempo reveló que los hermanos barranquilleros Reinaldo y José Slebi también estaban involucrados en la investigación.
Para Estados Unidos, Saab es una ficha clave para llegar al oro y a los dólares que han salido de Venezuela y para conocer acuerdos entre el Gobierno de Venezuela con Irán, Turquía y Rusia que pueden impactar la estabilidad y seguridad de la región.
En la mira, allegados a Saab
De hecho, El Tiempo reveló que en los próximos días serán vinculados a la investigación miembros del círculo más cercano de Saab, incluidos familiares y un abogado que está detrás de la creación de empresas que movieron dinero y que está siendo rastreada por agentes federales.
Este diario estableció que semanas después de que se conociera que Estados Unidos va por allegados de Saab, su esposa fue movida de Caracas a Rusia. La información llevó a Saab a salir a aclarar que tiene negocios personales en Moscú y que su hija menor nació en ese país en enero de 2020.
Sin inmunidad
Investigaciones periodísticas de EL TIEMPO también revelaron que Venezuela aseguraba que era su enviado especial e hizo un nombramiento a última hora para intentar blindarlo. En efecto, en diciembre de 2020 lo ungió como su embajador plenipotenciario suplente en África, en un intento por darle inmunidad diplomática.
«El presidente de Venezuela no puede salir de Venezuela, ya que lleva al país hacia una salida de la pandemia del covid-19. En su lugar, el presidente de Venezuela autorizó y envió al Sr. Saab para representarlo en la conducción de los asuntos de Venezuela», afirmaron sus abogados.
Pero tanto para Estados Unidos como para Cabo Verde, ni Saab es diplomático ni tiene inmunidad y es un prófugo de la justicia.
Para su defensa, Saab y Venezuela contrataron a un grupo de abogados internacionales liderados por el exjuez español Baltasar Garzón. Con ese equipo jurídico, bombardearon a la justicia de Cabo Verde con habeas corpus y recursos que dilataron durante meses la extradición de Saab.
Además, llevaron el caso ante el tribunal de África Occidental Cedeao (Comunidad Económica de Estados de África Occidental), una especie de OEA en esa zona del mundo.
Sin embargo, la justicia de Cabo Verde no cedió ante estas presiones y tan solo accedió a otorgarle detención domiciliaria porque los términos para definir su situación jurídica se vencieron.
Y aunque Saab le envió un mensaje a EL TIEMPO, diciendo que aspiraba a ser enviado a la suite presidencial del hotel Marriott de Cabo Verde, e incluso se pensó en abrir una sede diplomática para que lo acogieran, terminó recluido en una casa en donde estaba vigilado las veinticuatro horas del día por 30 miembros del Ejército y la Policía caboverdiana.
¿Qué viene ahora?
Hace una semana, en entrevista con EFE, Saab hizo saber que no colaboraría con la justicia de Estados Unidos.
Si ese escenario no avanza, Saab tendrá que enfrentar no solo el proceso por lavado sino otros más, que se cocinan en otras cortes federales.
Su defensa, sin embargo, interpondrá un recurso ante el Constitucional y seguirá acudiendo al Tribunal Africano.
Por Agencia