martes, noviembre 5

El Real Madrid se impone ante el Nápoli en su casa por una mínima diferencia

Real Madrid vivió una nueva jornada épica de remontada en la Champions League al imponerse 2-3 al Nápoli con un misil de Fede Valverde que desembocó en el gol en contra de Alex Meret.

Una sensación de superioridad insultante fue lo que emanó la actuación de Jude Bellingham que, con una asistencia y un gol, quebró a un Nápoli que salió convencido de poder hacerle daño al Real Madrid.

Y a punto estuvo de obtener su premio si no hubiera sido por el disparo lejano de Valverde que acabó en un gol en contra. Un registro con una efectividad a la altura de unos pocos, justo cuando el partido estaba más bloqueado para el Real Madrid con el 2-2.

Los primeros compases del duelo en la ciudad del Vesubio se desarrollaron con una calma tensa, una especie de preludio en el que ambos se midieron hasta que entraron en calor y empezaron a carburar.

Con Kroos y Tchouameni muy bajos para facilitar labores de construcción, el Real Madrid se impuso en la posesión y tuvo la gran primera ocasión del partido en los pies de Rodrygo. El brasileño recibió un preciso pase de Bellingham que definió contra el pecho de Meret.

Fue esa la primera gran intervención de un Bellingham que volvió a exhibir superioridad técnica y física. Además de una madurez y un aplome impropio de un jugador de su edad y de alguien recién llegado a la casa blanca. La segunda fue un disparo que acabó en saque de esquina, un aviso de lo que estaba por llegar.

Pero tras los tres buenos acercamientos del Real Madrid, llegó el jarro de agua fría para la visita. Una mala salida de Kepa en un saque de esquina le dejó el balón manso en la cabeza a Natan que remató al travesaño.

Esto generó el lamento de un estadio Maradona que explotó cuando vio a Ostigard imponerse en el área para rematar el rechace.

En ese momento el Nápoli se creció, se sintió un igual ante el conjunto más laureado de la competición y creyó en la victoria histórica. Pero el problema es que este Real Madrid tiene a dos estrellas que, una vez más, no fallaron.

Tardaron ocho minutos en encontrarse tras el gol. Una acción que finalizó Vinicius, pero que nació de la inteligencia de Jude Bellingham.

El inglés no presionó directamente a Lobotka, sino que esperó a que Di Lorenzo se confiara y le diera el pase para apretar e imponerse. Robó la esférica arriba y se la sirvió a «Vini» para que definiera como mejor lo sabe hacer.

El brasileño le pegó con el interior al segundo palo en el que fue su primer partido de Champions de la temporada. Un estreno a la altura.

Pese al gol de Vini, fue Bellingham el que puso la magia en un estadio con un nombre que pesa tanto. Porque fue el inglés el que se vistió del ’10’ más histórico de Nápoles y, desde el centro del campo, comenzó un eslalon que acabó con un fino recorte dentro del área ante Ostigard y un disparo limpio que remontó el partido, detalla EFE.

En 15 minutos, el Real Madrid enmendó el error de su guardameta que, eso sí, voló en los compases finales del primer tiempo para sacar una mano espectacular en un remate de cabeza de un Osimhen que no protagonizó más ocasiones, minimizado perfectamente por Nacho y Rudiger.

De poco sirvió el trabajo hecho en la primera mitad con el ariete nigeriano cuando, nada más salir de vestuarios tras el descanso, el VAR advirtió al colegiado de una posible mano en un lance entre Nacho y Osimhen dentro del área. El árbitro, tras una larga espera, señaló un penalti muy protestado por los jugadores del Real Madrid al llegar de un rebote.

Zielinski, otra vez desde los once metros pese a que García dijo que Osimhen era el lanzador, no falló y empató el choque con un disparo ajustado que dio en un palo antes de subir al marcador.

El Nápoles se creció entonces de la mano de su afición. Desató un torbellino de ocasiones liderado por «Kvara» que puso contra las cuerdas al Real Madrid, ese equipo al que nunca se puede dar por muerto y contra el que no se puede dar por hecho nada en ningún momento.

Recuperó la posesión el combinado de Ancelotti con la entrada de Modric, pero el Nápoles bajó el bloque y se disciplinó en defensa. Bellingham tuvo una ocasión de cabeza muy clara, ya con Meret vencido, pero remató desviado.

La sensación era que el Nápoles estaba cómodo, bien colocado y esperando su oportunidad a la contra. Pero el Real Madrid tiene muchos recursos y siempre está acompañado de la épica en esta competición.

Y en esas, entre posesiones infructíferas frenadas por el muro ‘azzurro’, llegó el zapatazo de Valverde que volvió a enmudecer a toda la ciudad sureña. Un misil que golpeó en el larguero y que acabó entrando después de rebotar en Meret.

Un nuevo rescate del Real Madrid en los últimos compases para lograr la victoria en esa competición que siente propia. Valverde rubricó la exhibición de Bellingham, que conquistó la casa de Maradona para poner líder al Real Madrid con pleno de victorias.

Por: Agencias / Foto: Cortesía