Real Madrid, una vez más, no pudo marcharse de Vallecas con los tres puntos luego de empatar 1-1 con el Rayo Vallecano, que le dio vida al Girona en su sueño por pelear LaLiga.
Si al Real Madrid nunca se le puede dar por muerto, por muy en contra que lo tenga todo en un partido. Al Rayo, en Vallecas, nunca se le debe infravalorar. Por mucho que lleve más de cuatro meses sin vencer ante su fiel parroquia, reseñó EFE.
Lo sintió el equipo de Carlo Ancelotti pese a una superioridad aplastante en el inicio. Pasando por encima de un rival en crisis con una físico poderoso, encontrando espacios para dañar, golpeándole en la primera opción para aumentar sus dudas.
Cuando el encuentro tomaba cariz de paseo del líder en Vallecas, al Real Madrid se le complicó el día. Tras un inicio frenético en el que le pudo costar caro un error en salida de balón de Lunin con los pies, pasó en segundos a encontrar premio con fútbol directo.
El movimiento de Fede Valverde a la banda derecha, la carrera poderosa y el centro al remate libre de marca de Joselu. De primeras. De puro 9 que nunca falla.
Había refrescado a su equipo Ancelotti tras el desgaste de ‘Champions’ y a los tres minutos ya vencía.
Superior en todas las facetas, castigando entre líneas con Camavinga superior en la medular, con Fran García dando profundidad en su regreso a Vallecas, Vinícius desequilibrando. El Rayo transmitía debilidad y nerviosismo.
Carente de espíritu competitivo en partidos recientes que dejó escapar con acciones en los últimos compases. Le costó el puesto a Francisco y en caída libre apareció Íñigo Pérez, la esencia de Andoni Irola, para cambiar el rumbo e intentar recuperar la tranquilidad.
La primera impresión no pudo ser más negativa. La reacción repleta del orgullo del barrio representada en un equipo, más esperanzadora.
Tras ver anulado el doblete de Joselu porque a Lucas Vázquez se le marchó el balón antes del pase por línea de fondo, el Rayo encontró el premio a su despertar.
Asomaba por bandas, aprovechando la falta de ayudas de Vinícius que le costaron la reprimenda de Nacho, y encontrando en la derecha el filón.
«El Pacha» encontró espacio, la puso atrás y el disparo de Trejo, rumbo a la portería, golpeó en la mano de Camavinga. El VAR advirtió al colegiado y De Tomás, en una temporada aciaga, no perdonó la oportunidad de renacer.
El penalti golpeado con la rabia contenida de un goleador apagado. Su primer tanto en Liga. Potente y centrado arriba. Era el empate que impulsaba al Rayo y desataba una duda inesperada del líder.
La pérdida de control y la desconexión ofensiva. Con Brahim pasando de la brillantez a la ausencia. Lucas sufriendo en labores defensivas.
Intentaba sacar del letargo a su equipo Fede Valverde enganchando un disparo en la frontal tras un rechace de un saque de esquina que repelió el poste, por su parte exterior.
Pero la intensidad era rayista como se demostraba en el robo de Óscar Valentín a Modric que habilitaba a Álvaro para intentar engañar a Lunin con su disparo y encontrar la respuesta abajo del ucraniano.
Terminaría recurriendo Ancelotti a los titulares que había reservado ante el panorama del encuentro. Después del error de un centrocampista que es central de emergencia.
Confiado Tchoauméni en una acción de riesgo, en vez de ceder al portero perdiendo el balón siendo último hombre y salvando el tanto de Álvaro en el último momento.
Ya entendía el Real Madrid el camino hacia algo positivo, recuperada la tensión competitiva, con Brahim reapareciendo en dos acciones para cambiar el rumbo. Acaband la primera. Filtrando el pase a Joselu, que chutaba raso a Dimitrievski en la segunda.
Con Carvajal, Kroos y Rodrygo en el campo acabó buscando el triunfo el líder. Lo evitó Dimitrievski con su vuelo a la falta de Kroos y el Rayo, recuperando el oficio que tanto añoraba, logró que en los últimos minutos de empuje madridista, con disparo lejano final de Carvajal antes de ser expulsado, apenas ocurriese nada que le pusiera en peligro para sellar un empate de mérito. El único equipo al que no ha derrotado el líder en LaLiga.
Por Agencia