El principal organizador de la ceremonia religiosa en la que murieron 121 personas tras una estampida en el norte de la India, quien se encontraba en busca y captura desde el pasado martes, se entregó a la Policía, informó este sábado su abogado.
“Devprakash Madhukar, quien era nombrado en la denuncia por el caso Hathras, donde figura como el organizador principal, se entregó a la policía”, dijo este sábado el letrado A.P. Singh en un video publicado en X, reseñó EFE.
“Prometimos que no pediremos ninguna fianza anticipada, ni acudiremos a ningún tribunal porque ¿qué hemos hecho, cuál es nuestro crimen?”, agregó el abogado, antes de indicar que el testimonio de su cliente, que se entregó anoche en Nueva Delhi, permitirá a las autoridades “realizar una investigación exhaustiva”.
Madhukar era el principal acusado por la estampida que se desató el pasado martes durante un evento religioso en el distrito de Hathras, en el estado de Uttar Pradesh, al que acudieron unos 250.000 fieles para escuchar el sermón y pedir las bendiciones del gurú local Bhole Baba, quien se encuentra en paradero desconocido.
Sin embargo, el nombre del predicador no figura en ningún momento en la denuncia, recogida por medios indios, aunque la Policía afirmó que se encuentra bajo investigación.
El número de asistentes al evento triplicó la cifra estimada originalmente por los organizadores para recibir el permiso, una situación que según las autoridades favoreció la posterior estampida en la que murieron 121 personas, la mayoría mujeres.
Los organizadores de la ceremonia huyeron tras la avalancha humana, entre ellos Madhukar, sobre quien sí pesaba una orden de arresto y las autoridades habían ofrecido una recompensa de 100.000 rupias (unos 1.200 dólares) por su detención.
Los primeros arrestos por el incidente se produjeron el pasado jueves, cuando la Policía arrestó a seis voluntarios de la organización.
Las avalanchas y estampidas son fenómenos frecuentes en las celebraciones religiosas indias y se deben en gran parte a las deficiencias en la gestión de las concentraciones multitudinarias o a la precariedad de las infraestructuras que rodean los lugares de culto.
Para encontrar una estampida más mortífera que la de esta semana, hay que remontarse a septiembre de 2008, cuando al menos 150 personas murieron y otro centenar y medio resultaron heridas en una avalancha humana en los accesos a un templo de la ciudad de Jodhpur, en el estado occidental indio de Rajastán.
Por Agencia