El presidente alemán, Frank Walter Steinmeier, ha admitido su «error» de apreciación, por haber defendido la necesidad de llevar adelante el gasoducto germano-ruso Nord Stream 2, en sus tiempos como ministro de Asuntos Exteriores.
«Fue claramente un error», afirmó Steinmeier, según fuentes de la presidencia citadas por la televisión pública alemana ARD, en medio de las críticas vertidas desde Ucrania y Polonia contra su gestión y la de la excanciller Angela Merkel.
Steinmeier fue ministro de la Cancillería bajo el socialdemócrata Gerhard Schröder, entre 1999 y 2005, y luego titular de Exteriores de la conservadora Merkel, entre 2005 y 2009 y luego entre 2013 y 2017, antes de convertirse en presidente por consenso del país.
En su primer periodo, el entonces canciller Schröder y su aliado político, el presidente ruso Vladímir Putin, suscribieron el acuerdo para la construcción del primer gasoducto, que entró en funcionamiento en 2011.
Fue unos meses antes de la llegada al poder de Merkel, en 2005, tras lo cual Schröder se puso al frente del consejo de Nord-Stream, puesto que sigue ocupando pese a los apremios actuales para que rompa con Putin.
En 2011, tras entrar en funcionamiento el primer gasoducto, se acordó construir el Nord Stream 2, para incrementar el transporte directo de gas ruso a Alemania, a través del Báltico.
Ese segundo proyecto se mantuvo en pie pese a la anexión de Crimea, en 2014, por decisión de Merkel y sus socios de entonces, los socialdemócratas de Steinmeier.
El actual canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, suspendió finalmente su licencia para su puesta en marcha al día siguiente de la invasión rusa de Ucrania, el pasado 24 de febrero, en medio de fuertes presiones y críticas a la posición demasiado tibia respecto a Moscú.
Alemania ha rechazado categóricamente la posibilidad de embargar las importaciones de petróleo, gas y carbón de Rusia a causa de su fuerte dependencia energética de Moscú.
Desde Ucrania se ha criticado esa posición y el propio presidente, Volodímir Selenski, desafío ayer a Merkel a «visitar Bucha» para ver sobre el terreno las atrocidades cometidas por las tropas rusas en esa ciudad.
El Gobierno polaco ha apremiado asimismo a Berlín a endurecer las sanciones contra Rusia y a abandonar las importaciones de gas, petróleo y carbón rusos.
Por: Agencia