El papa ha modificado algunas normas del Código de Derecho Canónico y del Código de Cánones de las Iglesias Orientales para permitir una “sana descentralización” y, entre otras cosas, concede a los obispos competencias reservadas hasta ahora a la Santa Sede.
El papa ha redactado un motu proprio (documento papal), publicado hoy por el Vaticano, con el que establece que los ordinarios de las Iglesias locales podrán intervenir en la gestión de seminarios, formación sacerdotal, redacción de catecismos y en otras áreas, no pidiendo aprobación vaticana sino una confirmación más sencilla, reseñó EFE.
El documento también otorga a las Iglesias locales las decisiones sobre posibles reducciones en el número de misas a celebrar con respecto a las intenciones recibidas.
El secretario del Consejo Cardenalicio y miembro del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, Marco Mellino, explicó al portal de noticias Vatican News que algunas competencias hasta ahora atribuidas a la Santa Sede, y por lo tanto ejercidas por el gobierno central, son “descentralizadas”.
Cita varios ejemplos, entre ellos la autorización a un religioso a permanecer fuera de su propio instituto por un tiempo determinado: hasta ahora el moderador supremo tenía que apelar a la Santa Sede para dar un indulto de más de tres años, pero de ahora en adelante podrá hacerlo por hasta cinco años.
El papa afirma en su motu proprio que “asignar algunas competencias, sobre disposiciones codificadas destinadas a garantizar la unidad de la disciplina de la Iglesia universal, al poder ejecutivo de las Iglesias y de las instituciones eclesiales locales, corresponde a la dinámica eclesial de comunión y potencia la proximidad”.
“Una sana descentralización no puede sino favorecer esta dinámica, sin perjudicar la dimensión jerárquica”, sostiene.
Por eso, prosigue, “teniendo en cuenta la cultura eclesial y la mentalidad jurídica propia de cada Código”, contempla “conveniente modificar la legislación vigente hasta ahora sobre algunas materias específicas, atribuyéndoles las respectivas competencias”.
La intención es “fomentar el sentido de colegialidad y responsabilidad pastoral de los obispos, ya sean diocesanos/episcopales o unidos en Conferencias Episcopales o según las estructuras jerárquicas orientales, así como de los superiores mayores”, pero también “apoyar los principios de racionalidad, eficacia y eficiencia”.
En opinión de Francisco, “estos cambios normativos reflejan aún más la universalidad compartida y plural de la Iglesia, que incluye las diferencias sin homologarlas, con la garantía, en cuanto a la unidad, del ministerio del Obispo de Roma”.
Por Agencia